En 2018, último año del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, los hogares más pobres del país recibían, en promedio, mil pesos mensuales por concepto de programas sociales, mientras que las familias más ricas recibían 922 pesos por la misma vía.
En 2022, en el cuarto año del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, los hogares más pobres reciben, en promedio, mil 044 pesos mensuales a través de apoyos sociales (un aumento de 4 %), mientras que los hogares más ricos reciben mil 836 pesos (un aumento de 99 %).
“En el sexenio pasado la política social era menos pero redistributiva. En 2022 es más, pero regresiva, más incluso que en 2020”, refiere un estudio del Instituto de Estudios sobre Desigualdad (Indesig), elaborado con base en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2022 (ENIGH), publicada esta semana por el Inegi.
Con estos datos, según el Indesig, se comprueba que la consigna de “primero los pobres” es más un eslogan de campaña que una estrategia de gobierno que se pueda comprobar en los hechos, ya que el sector más favorecido por la política social de la actual administración son los “machuchones”, como el presidente López Obrador se refiere al estrato más rico del país.
Esto se comprueba al comparar los ingresos mensuales per cápita por concepto de programas gubernamentales. Según el análisis de Indesig, cada mexicano del decil más pobre recibió, en promedio, 224 pesos al mes en apoyos sociales. En contraste, cada mexicano del decil más rico recibió, en promedio, 866 pesos mensuales; es decir, cuatro veces más.
El estudio señala que la tendencia del gobierno del presidente López Obrador de asignar recursos de manera universal (es decir, sin focalizar las ayudas a las capas más necesitadas) ha provocado que la política social se vuelva regresiva, lo que significa que el gobierno favorece a los más ricos, estanca la lucha contra la miseria e incrementa la brecha entre ricos y pobres.
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En 2018, las familias más pobres recibían 23 % de los recursos destinados a programas sociales. Actualmente, ese sector sólo recibe 9 % de ese presupuesto, según datos que arroja encuesta del Inegi.
Hace cinco años, la mitad de la población más rica del país recibía sólo 24 % del gasto público destinado a programas sociales. Actualmente, esa misma mitad es beneficiaria del 47 % de los recursos totales destinados a combatir la pobreza.
Desde el punto de vista del Indesig, “la bolsa total de dinero transferido por programa sociales se duplicó en lo que va del gobierno actual, pero su incidencia en el ingreso de las familias más necesitadas apenas aumentó”, por lo que urge corregir el enfoque de los apoyos sociales.
Otro dato que apoya la tesis de que la política social del actual gobierno pierde de vista a los más pobres es que entre 2018 y 2022 se redujo la cobertura de los programas gubernamentales en estados como Chiapas (-8 %), Zacatecas (-3 %), Oaxaca
(-3 %), Tabasco (-2 %) y Guerrero (-2 %).
En cambio, la cobertura de los apoyos sociales se expandió en las entidades que tienen los mejores niveles de bienestar, tales como Yucatán (+16 %), Ciudad de México (+15 %), Nuevo León (+13 %), estado de México (+11 %) y Aguascalientes (+10 %).
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