El agente infiltrado Fonseca y Lima XLIX

8 de Mayo de 2024

J. S Zolliker
J. S Zolliker

El agente infiltrado Fonseca y Lima XLIX

js zolliker

Reporta el agente infiltrado Pedro Fonseca y Lima que aterrizando en Cancún, personal de la Guardia Nacional los interceptó apenas bajaron del avión y los separaron del flujo normal que se sigue en migración. Reporta Fonseca y Lima que los militares los llevaron juntos a un reservado y con tosquedad, les cuestionaron sobre su equipaje: él no traía ninguno y ella no había documentado y apenas traía una maleta de mano.

Reporta el agente Fonseca y Lima que la auscultación fue excesiva, al grado en que a Carina le perforaron el tubo plástico de la pasta de dientes que traía en su estuche de viaje, y le reventaron la tapa de unos tacones de tipo stiletto con suela roja, que venían al fondo de la valija. El agente Fonseca y Lima reporta que ante tal atropello, evitable con el uso de un aparato simple de escáner de rayos X aeroportuario, demandó la presencia de un supervisor o un superior, misma que le fue negada y su pasaporte le fue arrebatado, de forma por demás prepotente.

Reporta Fonseca y Lima que ante la evidente indefensión, por fin exasperado, levantó la voz identificándose como un agente de inteligencia en funciones y cuando se burlaron de él, en un movimiento rápido y certero, arrebató sus documentos y le aplicó un golpe seco en la quijada al elemento que los tenía, noqueándolo con facilidad, y al otro individuo que intentó sujetar a Carina del brazo, de inmediato le aplicó una llave cavalier de muñeca que aprendió en un intercambio de entrentamiento de krav-maga con el Mossad, con lo que lo tumbó al suelo y lo inmovilizó.

Reporta el agente Fonseca y Lima que a los cuantos segundos entró un hombre canoso, recio que se identificó como el Inspector Venegas (antes, Capitán de Corbeta en la armada), quien con tono calmo, los invitó a su oficina contigua. Ahí, reporta Fonseca y Lima, le ofreció una disculpa “de profesional a profesional” y le explicó que desde Colombia, alguien y no sabía quién, les había puesto una alerta roja migratoria en sus boletos de avión.

Después de un café que sabía a diablos y de verificar la identidad y la nulidad de antecedentes de ambos, les devolvieron sus pertenencias y los enviaron en un vehículo oficial a un hotel que Fonseca y Lima eligió.

Apenas se vieron solos, Carina, con socarronería le comentó: “Sólo yo me escaparía con un man sin conocerlo y sólo a mí me pasaría que es espía o algo así”. Reporta Fonseca y Lima que justo estaba por explicarle la diferencia entre agente de inteligencia, agente infiltrado de inteligencia, espía y otras variantes, cuando aquella concluyó con cierta coquetería que a él le sonrojó y le dejó sin palabras: “Segura que así, no me aburriré nada…”.

Reporta el agente Fonseca y Lima que aunque tenía muchas ganas de comerse unos tacos al pastor y luego hacer el amor, decidió primero, enviar un mensaje cifrado a su contraparte Nikita Yurinov (tinyurl.com/yaf96g5p), quien se imaginó por causa de la guerra ruso-ucraniana, podría haber abandonado la jefatura de la CIA en América Latina. Pero más valía, se dijo, intentarlo. Había que seguir el rastro del dinero en todo este entramado para quizás, dar con Andrés Salar, pero más importante, para descifrar quiénes y por qué estaban creando ambientes que parecían dirigidos a intervenir en la política interna del país en sus partidos políticos y en los procesos electorales de México.

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