Diciembre es un gran mes para visitar esta ciudad en Brasil que, por su ubicación geográfica, ofrece en este tiempo la promesa de un verano divertido.
Sus cálidas playas de arenas doradas, acompañadas con notas de bossa nova, además de sus calles decoradas y alegres, nos muestran un tiempo distinto, pues la prisa no existe y todo debe llevar un ritmo propio.
A. Ipanema
Este barrio elegante y moderno, fundado en 1894 por el barón de Ipanema, tiene a una de las principales y más bonitas playas de Río, de las preferidas por los surfistas y locales, que limita con Copacabana y con Playa Leblón.
Sus puestos de socorristas de playa tienen la mayor relevancia, pues con base en su ubicación, Ipanema ofrece distintos espacios como el Posto 8, la playa gay, además del Posto 9, donde se reúnen los hombres y mujeres cariocas más guapos.
El barrio fue inmortalizado por Tom Jobim y Vinicius e Morais, gracias a la canción Garota de Ipanema (Chica de Ipanema), que cuenta también con un paseo marítimo digno de ser recorrido, así como con varios puestos de comidas en la playa en la que los camarones son cocinados de diversas formas y todos exquisitamente deliciosos.
Alberga en su avenida Vieira Souto a varios de los edificios de apartamentos más lujosos de América Latina.
B. Copacabana
Una de las playas más famosas del Brasil se encuentra en este colorido barrio al sur de la ciudad. Este es un gran atractivo con el malecón y sus aceras decoradas con calcita blanca y basalto negro en forma ondulada, patrón inspirado de la Praça Rossio en Portugal. También encontrarás canchas de voleibol en su peculiar playa en forma de media luna.
En la Avenida Atlántica puedes disfrutar de icónicos hoteles como el glamouroso Copacabana Palace que ha tenido como huéspedes a Orson Welles, Walt Disney, Lady Di, Nelson Mandela entre otros. Además, Ginger Rogers y Fred Astaire bailaron juntos por primera vez en este hotel para su largometraje Volando a Río. Incluso, te recomendamos tomar una bebida en su restaurante de la terraza para ver el atardecer y enamorarte de su playa. En esa avenida podrás tener acceso a restaurantes internacionales con reconocimiento de estrellas Michelin.
Te recomendamos rentar con tiempo una bicicleta en tu hotel, ya que sus tiempos no son los nuestros, pues son muy relajados.
Cristo del Corcovado
Esta icónica imagen de Río de Janeiro se levanta en lo alto del cerro del Corcovado y es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
La estatua blanca de hormigón tiene más de mil toneladas de peso de Jesús de Nazaret con una altura de 30 metros y un pedestal de ocho metros, así como es una de las siete maravillas del mundo moderno, fue inaugurada en 1931.
Su rostro lo esculpió Gheorghe Leonida de Rumania, y ha sido visitado incluso por los líderes del Vaticano.
Pan de azúcar
Este peñasco de granito en la bahía Guanabara también es Patrimonio de la Humanidad y su peculiar nombre lo lleva por la semejanza que tiene con los panes de azúcar del siglo XIX.
Cuenta con un teleférico de cristal que debes visitar, pues permite recorrer a una altura de mil 401 metros los peñascos de Babilonia y Urca. Desde su cima se observa un espectáculo natural impresionante al mostrar las playas y la ciudad desde otra perspectiva.
Moneda: Real Brasileño
Traslado interno: Taxi, autobuses y Uber
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