Los patrones en nuestra vida (Primera parte)

13 de Diciembre de 2024

Rebeca Pal

Los patrones en nuestra vida (Primera parte)

REBECA PAL

Este artículo estará dividido en dos por su extensión. Espero que lo disfruten.

A petición de algunos, me decidí por escribir un artículo sobre los patrones. Me apoyé, una vez más, de los conocimientos de la psicóloga Raquel Paredes Arroyo De Lara, para poder profundizar en el tema, darles información real y que sea fácil de entender para los que no somos psicólogos.

Surgen con nuestro nacimiento. La risa es un patrón que copiamos desde pequeños y es por eso que hay patrones que, con el tiempo, se vuelven tan difíciles de romper, como la codependencia. Los patrones son todo aquello que tememos y por lo mismo no queremos o no sabemos resolverlo. Surge cuando hay una actividad repetida pero, sobre todo, cuando se forma una nueva conexión neuronal y se fortalece. ¿En qué afecta? No existen patrones buenos ni malos, son funcionales o disfuncionales y que sean de una o de otra forma, depende exclusivamente de la persona.

Funcionales: Aquellos que fortalecen las cuatro áreas del ser humano. Producen bienestar. Ejemplo: pararte todos los días para hacer ejercicio.

Disfuncionales: Afectan las cuatro áreas del ser humano. Ejemplo: vigorexia.

Detectar un patrón disfuncional

Generalmente cuando una persona no está a gusto en su propia piel, no tiene buenos resultados en muchos ámbitos de su vida. Ser consciente de esto no es fácil, porque aceptar que algo no está bien en nosotros cuesta mucho trabajo. Es por eso que es más fácil que un ojo externo (en este caso un especialista) lo detecte. Para intentar descubrirlo por nosotros mismos, tenemos que ser conscientes de las consecuencias que “x” pensamiento, actividad o emoción tiene en nosotros y en nuestro entorno.

Nuestro cerebro sólo reconoce conocido y desconocido, no bueno o malo. Los patrones son algo que el cerebro detecta como conocido y es por ello que busca la forma de repetirlos. Como no conocemos algo diferente, los alimentamos y los fortalecemos.

Si queremos romper un patrón disfuncional tenemos que hacer una nueva conexión neuronal y llevarla a la acción. Es como un deporte, hasta que no lo practiques no vas a poder entenderlo del todo. Es importante que para que podamos romper el patrón o la conexión neuronal (sinopsis), haya que introducir y accionar nuevos conceptos en el cerebro. Hay que entender las frases, pensamientos y/o actitudes que te llevan a una consecuencia disfuncional.

Pondré varios ejemplos de patrones disfuncionales:

1. “Todos los hombres son iguales”: No, lo que pasa es que tú los escoges así, porque has generado un patrón en el que buscas ciertas características conocidas para tu cerebro, y es por eso que te inclinas a hombres que te tratan mal. Si siempre sales con personas que usan zapatos, anímate a salir con alguien que use tenis. Tu cerebro, lo desconocido lo pasará a conocido y habrás generado una nueva sinapsis y, con ello, debilitarás el patrón disfuncional.

2. “Siempre reboto después de hacer dieta”: No, lo que pasa es que dices “perdí peso” y esa es una palabra negativa para tu cerebro. El cerebro entenderá que está perdiendo y eso es malo para el cuerpo, así que sufrirás de antojitos hasta que recuperes lo que habías perdido. Aquí lo recomendable es una programación neurolingüística. No digas “estoy perdiendo peso”, mejor di “estoy ganando una mejor figura, estoy más saludable”. Siempre en positivo. Recordemos el poder de las palabras; Dios dijo hágase la luz y se hizo.

3.Infidelidad: Si un hombre está acostumbrado a que le sean infiel, buscará una mujer que trabaje todo el tiempo o que lo descuide para que siempre haya “un tercero” en la cama. Buscará mujeres que lo hagan sentir solo porque ese es su patrón.

Continuará…