Nos faltan ganas y encontrar el gusto por la lectura. Romper la creencia que leer es aburrido y obsoleto, porque eso es una gran mentira que nos confunde y nos limita.
Creo que si desde niños nos enseñaran a encontrar el gusto por la lectura, nos volveríamos adictos a los libros porque me atrevo a afirmar que no hay nada que capture mejor la atención de nuestra mente, como lo hace una buena historia.
He escuchado que muchos mexicanos dicen que no les gustan los libros porque son aburridos. Yo pienso que sinceramente no se han dado la oportunidad de envolverse en el mundo de la literatura. Hay libros para todo tipo de lectores y no todos tienen que ser tabiques con textos indescifrables.
Tampoco creo que leer sea una pérdida de tiempo, vivimos en una época en la que todo va de prisa y buscamos sólo aquello que sea rápido y momentáneo. La lectura nos ayuda a darnos ese espacio para estar con nosotros mismos, para desconectar por un momento y sumergirnos en un mundo que no sólo alimenta nuestro conocimiento, también nuestra imaginación, nos abre la mente y nos ayuda a ver el mundo con otros ojos.
Contemplo, sin la menor duda, que nuestro país necesita que su gente esté informada. Sólo la cultura nos puede salvar de la ignorancia, y cuando hablo de cultura, no me refiero a las publicaciones que aparecen en el muro de Facebook. Lo veo con las nuevas generaciones, no es posible que los niños prefieran jugar con el celular o con una tablet que tener contacto con un libro. Hay que potenciar la imaginación de los niños, no limitarla. Que no se nos olvide que los niños de hoy son nuestro futuro y no queremos un futuro lleno de zombies.
En mi experiencia personal, creo que los libros son un alimento para el alma y, por lo mismo, son necesarios para nuestro crecimiento personal. Nos ayudan a ser más sensibles con nuestro entorno, nos dan la humildad para no perder el suelo, la empatía para con nuestros semejantes y nos ayudan a romper creencias que son limitantes y nos llevan a cometer los mismos errores una y otra vez.
Nuestra historia está escrita a lo largo de muchas páginas, por eso es de suma importancia leer, porque para conocernos y entendernos, tenemos que leernos. “El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”, algo así considero que pasa con la lectura. El que no se abre a nuevos horizontes, nuevos pensamientos, está condenado a involucionar y estancarse, como lo hace el agua de un charco.
Repito, lo que hace falta para que los mexicanos lean, es romper todas las creencias que han adoptado sobre la lectura y los libros, y darse a la tarea de crear un nuevo hábito. Es como empezar una dieta; los primeros días sólo tendrás antojo de comer azúcar y grasa, pero después de 66 días crearás un hábito que puede mantenerse por años, si así se desea.
Los invito a que se den la oportunidad de dejarse seducir por las letras que hay en las páginas de los libros. No importa lo que lean, el tipo de lectura o la temática, mientras lean es perfecto. A la fecha no he conocido a una persona que después de leer, quiera dejarlo. Es un vicio sano que a todos nos hace bien.
Una maestra de yoga me dijo “estoy a un pensamiento de ser libre”, a mí me gusta pensar que estoy a un libro de ser libre, porque si ese libro cambia mi pensamiento, cambiará mi rumbo y, por la tanto, mi destino.