La inflación de septiembre reportó una tasa de 4.45 % anual, una lectura menor a la de agosto de 4.64 %, la más baja desde febrero de 2021. Entre lo que más destacó del dato de septiembre fueron los aumentos en la salud, con uno de 6.61 %, dato por encima de la lectura del mes pasado de 6.59 por ciento.
Asimismo, la educación presentó un fuerte incremento, en agosto había registrado una subida anual de 5.50 %, pero para septiembre el indicador aumentó a 6.60 %, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Por el contrario, los alimentos y bebidas no alcohólicas descendieron a un 5.90 % anual, frente al reporte de agosto de 6.77 %; sin embargo, la lectura sigue siendo más alta que la inflación general en elementos imprescindibles en la vida de los mexicanos, es decir, que su dinero se deteriora todavía más de la cifra general, ya que el gasto en alimentos no se puede eludir.
Otro dato nada positivo en los números que dio el Inegi este lunes es el precio de los servicios, que aumentó 5.23 %, desde el 5.15 % que se registró en agosto, ajuste superior a la inflación general y que obedece a presiones que se integraron a raíz de la reactivación de la crisis sanitaria. Como ejemplo, los servicios de restaurantes y hoteles tuvieron una tasa de 8.55 % anual; bienes y servicios diversos, un 7.95 por ciento.
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A pesar de estos datos que aún son desalentadores para la mayoría de las familias en México, la inflación tocó su menor nivel en 31 meses, y ligó ocho en descenso; sin embargo, aún se encuentra fuera del objetivo del Banco de México de 3.0 %, que es considerado el nivel sano para que el valor del peso y de los ingresos de los hogares no se deteriore en el tiempo, como sucedió en los dos años pasados.
La inflación estuvo en línea con lo previsto por los analistas del sector privado, y aunque el dato de la subyacente fue más bajo de lo esperado todavía está por encima de la general, lo que significa que hay mercancías, bienes y servicios que están persistentemente altos respecto a la media.
La inflación subyacente, la que es considerada medular en la formación de los precios de mediano y largo plazos, se situó en 5.76 %, mientras que la mediana del sondeo entre los especialistas era de 5.80 %, lo que en términos generales da un respiro a presiones más sostenidas.
En su comunicado de política monetaria la semana pasada, el Banco de México reveló que en el cuarto trimestre las presiones inflacionarias serán un poco más altas a lo anticipado, pero para 2024 el efecto será mayor y la meta de 3.0 % que se esperaba en la segunda mitad del siguiente año se alcanzará hasta 2025.
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Banxico prevé presión inflacionaria para 2024