Grandes éxitos taquilleros como Jurassic Park, Toy Story o todo el universo cinematográfico de Marvel no hubieran existido o al menos no con la misma espectacularidad sin la intervención de una pequeña compañía fundada en 1975 por un joven director que se vio obligado a crear efectos únicos y técnicas innovadoras para filmar la primera película de una saga que cambiaría para siempre la industria del cine.
Cuando George Lucas consiguió la aprobación para grabar Star Wars, una película de serie B que narraba una guerra intergaláctica, tuvo que enfrentar diversos problemas: la falta de confianza en el proyecto representó un presupuesto muy reducido para la visión del cineasta que imaginaba un filme plagado de épicas batallas en el espacio exterior, explosiones, planetas distantes y criaturas fantásticas que formaban parte de este universo.
Además existía otro enorme problema: la productora de la película, Century Fox, no tenía un departamento de efectos especiales por ello, Lucas estaba obligado a contratar compañías externas que excedían por mucho el presupuesto que tenía para esta entrega. Así, el director no tuvo más opción que crear Industrial Light & Magic (ILM), empresa dedicada exclusivamente a lograr esta visión.
La compañía que más tarde sería responsable de grandes éxitos de la ciencia ficción se fundó en una bodega de California con un grupo de estudiantes universitarios, artistas e ingenieros comandados por John Dykstra, técnico en efectos especiales que fue recomendado por el experto Douglas Trumbull quien rechazó esta posición ya que se encontraba a cargo del montaje de Encuentros Cercanos del Tercer Tipo de un joven llamado Steven Spielberg.
El éxito inédito de la primera entrega de Star Wars también significó el triunfo de ILM como la empresa más grande de efectos especiales de la industria cinematográfica; la ampliación del universo de George Lucas también fue el de esta compañía que tuvo que crear nuevas técnicas para complacer las exóticas visiones del director, lo que la convirtió en la principal referencia de innovación en este campo.
Los desarrollos de ILM abarcan todos los campos, desde la robótica tradicional hasta el desarrollo de software especializado en producción cinematográfica, e incluso sirvió de base para la creación de Pixar, otra empresa icónica y multimillonaria, que nació como un pequeño departamento de esta empresa encargado de modelar las naves espaciales para posibles nuevas entregas de Star Wars.
El legado de esta saga no sólo se mide en los miles de millones de dólares que ha facturado como franquicia, también en las innovaciones tecnológicas que han impactado en industrias tan diversas como Adobe, cuyo programa de edición de imagen, Photoshop, surgió directamente de ILM y sus ingenieros. La huella de esta original empresa, que nació como una pequeña apuesta en la industria cinematográfica, durará por mucho, mucho tiempo, en esta galaxia muy muy lejana.