La trayectoria de 15 años de Joseph Michael Gill en la Administración de Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) terminó debido a que se le encontró culpable de haber vendido armas a sujetos relacionados con el Cártel de Sinaloa.
De acuerdo con información judicial, el supervisor de la Administración de Control habría ayudado a estos criminales a armar dos rifles de asalto semiautomáticos de alta potencia. Las investigaciones del caso arrojaron que, entre 2000 y 2016 el trabajador de la DEA realizó 645 transacciones de venta en Gunbroker.com, un sitio de compra y venta de armas y objetos relacionados con ellas.
Esto se advirtió después de que se rastrearon las dos armas referidas y los resultados apuntaron a Michael Gill, quien negó haber diseñado los rifles; sin embargo, se declaró culpable porque, aseguró, haber ido a juicio le habría costado 2oo mil dólares.
Los 645 artículos que compré o vendí fueron en su mayoría partes y accesorios de armas de fuego, no todas armas de fuego (…) Siempre estaba cambiando fundas, miras, ópticas, tácticas engranaje.
Michael Gill en entrevista para The Courier Journal
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El exsupervisor de la DEA aseguró que no incurrió en nada “malo”, y advirtió que la ambigüedad en las leyes sobre control de armas permite que grupos criminales tengan acceso a éstas. Aseveró que se actuó en su contra de la forma en que se hizo por ser un elemento de la DEA y recalcó que se trató de un asunto político.
No obstante, el fiscal que llevó el caso refirió que se encontraron elementos suficientes para comprobar que Michael Gill estuvo consciente de lo que hacía y violó la ley hasta convertirse en un traficante.
Cabe señalar que el tráfico de armas ha sido uno de los temas bilaterales entre los gobiernos de México y Estados Unidos que más polémica han desatado. El fallido operativo “Rápido y furioso”, que tuvo lugar entre 2006 y 2011, así como las declaraciones de Christopher Landau (realizadas días antes de dejar de ser el embajador norteamericano en nuestro país), en las que externó que las autoridades mexicanas no aprovechan la colaboración de su contraparte estadounidense son una muestra de ello.
De acuerdo con cifras oficiales, aproximadamente el 70% de las armas incautadas en México (incluidas algunas usadas por los cárteles) se fabricaron o llegaron provenientes de Estados Unidos. GA
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