Han pasado 11 días desde que el gobierno de Nicaragua, encabezado por Daniel Ortega, liberó a 222 opositores a su administración, los deportó vía aérea a Estados Unidos y les quitó la nacionalidad, y hasta ahora, el presidente Andrés Manuel López Obrador no se pronunció al respecto. Lo ha evadido.
El pasado 9 de febrero, el magistrado Octavio Rothschuh, presidente de la Sala Uno del Tribunal de Apelaciones de Managua, hizo pública la sentencia. 222 personas que habían sido sentenciadas por “cometer actos que menoscaban la independencia, la soberanía y la autodeterminación del pueblo; por incitar a la violencia, al terrorismo y a la desestabilización económica”, serán inmediatamente deportadas.
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“Los deportados fueron declarados traidores a la patria y sancionados por diferentes delitos graves e inhabilitados de forma perpetua para ejercer la función pública”, señaló. Además, en fast track, la Asamblea Nacional nicaragüense aprobó una reforma constitucional que despoja de la nacionalidad a quienes son declarados traidores de la patria.
Entre la lista de exiliados se incluyó al obispo Rolando Álvarez, que se encontraba en arresto domiciliario, y quien se negó a tomar el avión hacia Estados Unidos. Ante la negativa, el sacerdote fue enviado a una prisión de máxima seguridad y condenado a 26 años de cárcel. “Que sean libres, yo pago la condena de ellos”, dijo el párroco al negarse a abandonar Nicaragua.
Dato. 222 opositores al régimen de Daniel Ortega fueron liberados hace 11 días
Pero López Obrador, que aboga por una América Latina unida, no ha tocado el tema. Hoy, en su mañanera se le preguntó si condenaba la violación a los derechos humanos de 22 nicaragüenses y del pueblo en general, y si se les ofrecería la nacionalidad mexicana.
Entre risas, el Presidente de México evadió la pregunta: “vamos a desayunar ya y mañana hablamos, contestamos sobre este tema. Bueno, muchas gracias, muchas gracias”, dijo y se retiró del Salón Tesorería.
Pero mientras López Obrador evitaba condenar el hecho, su amigo, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, se dijo dispuesto a otorgar la ciudadanía argentina a los nicaragüenses declarados apátridas y despojados de su nacionalidad.
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