Sólo una razón ha impedido que el presidente Andrés Manuel López Obrador falte a sus mañaneras: el contagio por Covid-19. Por segunda vez, el mandatario fue sustituido en el templete de Salón Tesorería por el titular de la Secretaría de Gobernación y se notó.
En enero de 2021, la primera vez que el mandatario se contagió del virus del SARS-CoV-2, Olga Sánchez Cordero estaba al frente de la Segob. En los 49 minutos que estuvo al frente de los medios, dio respuestas sobre la salud del mandatario y aceptó pocos cuestionamientos, aunque al principio se negó a ello.
En aquella ocasión, la exministra estuvo acompañada por Ricardo Sheffield, titular de la Profeco. Esta vez, fue igual. Pero el ahora secretario de Gobernación, Adán Augusto López, venía escoltado por otros 18 funcionarios federales que presentarían avances sobre el Tren Maya.
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Pero poco importaban los avances o quién es quién en los precios de los combustibles, cuando horas antes se especulaba que el presidente López Obrador había sufrido un desmayo o un infarto. La prensa quería información, pero no la había.
Luego de una breve explicación de un minuto sobre la salud del mandatario, dieron paso a 53 minutos de señalar avances, obras, programas, y todo lo relacionado con una de las obras prioritarias de la 4T, incluso con mayor participación que los lunes anteriores.
La corcholata presidencial era breve, daba la palabra y contestaba directo, sin rodeo y breve. No daba clase de historia como el mandatario, ni se detenía más de dos minutos en una misma pregunta, sobre todo si eran sobre la salud de López Obrador, pues parecía no tener mucha información.
En 100 minutos y con respuestas a al menos ocho reporteros, el secretario Adán Augusto López sustituyó al presidente López Obrador en su mañanera, aunque —sin ser médico— vaticinó que en dos o tres días podría estar de regreso de nuevo.
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