Legisladores de diferentes partidos, menos de Encuentro Solidario (PES), han estado proponiendo y cabildeando modificaciones legales en temas como equidad de género, uso lícito de drogas, matrimonios igualitarios, despenalización del aborto, libertad religiosa, terapias de reconversión para homosexuales y otros que la mayoría de Asociaciones Religiosas extremistas y Ministros de Culto conservadores han visto como “una amenaza a la salud pública” y principalmente a sus intereses particulares.
Este último tema, el de tratar de “sanar” a las personas que se declaran integrantes de la comunidad LGBTT, dándoles una terapia para reconvencerlos de que están “en pecado mortal”, “pueden infectar a otros”, y que “dañan” con su actitud la moral pública y familiar tiene muy preocupados a pastores, sacerdotes y líderes religiosos de escaso criterio porque reviven al fantasma del encarcelamiento para quienes “critiquen” o traten de “curar” a los homosexuales, como lo indica el Artículo 190 del Código Penal de la CDMX.
“A quien imparta u obligue a otro a recibir una terapia de conversión se le impondrán de dos a cinco años de prisión y de cincuenta a cien horas de trabajo en favor de la comunidad. Este delito se perseguirá por querella… Cuando se trate de Servidor Público, Ministro de Culto Religioso, así como toda persona que tenga injerencia jerárquica sobre el menor en virtud de una relación laboral, docente, doméstica o médica, además de las sanciones señaladas, se castigará con destitución e inhabilitación para desempeñar el cargo”, indica el Código Penal vigente.
Y es que, como se ha explicado en varias ocasiones, la mayoría de los pastores cristianos evangélicos no cuentan con una cédula profesional que justifique su trabajo terapéutico o de acompañamiento; ellos y ellas (hay más de 70 mil en el país) llevan a cabo lo que denominan “consejería” que se convierte en “terapia emocional”, tratando de imitar el trabajo de un psicólogo. Los menos versados se limitan en esas sesiones a compartir versículos bíblicos, consejos y ejercicios religiosos (orar, ayunar, leer La Biblia y otros libros). En muy contadas ocasiones llevarán a cabo un trabajo multidisciplinario delegado el trabajo emocional a un terapeuta profesional, o a un médico cuando el caso lo amerite.
Para avalar el trabajo espiritual que realizan líderes y Ministros de Culto, las Secretarías de Gobernación y de Salud impartirán el curso “Acompañamiento Emocional en Contextos de Emergencia Humanitaria”, que tiene como objetivos fortalecer los conocimientos y habilidades en materia del cuidado de la salud mental, para mejorar y optimizar los procesos de acompañamiento emocional que realizan integrantes de las comunidades religiosas y contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas que reciben este acompañamiento durante y post la emergencia sanitaria derivada de la Covid-19, a través de acciones de atención a la salud mental y acompañamiento psicosocial.
Será un curso para apoyar a quienes padecen las consecuencias del confinamiento, los decesos, el cese de clases en todos sus niveles, la falta de interactividad presencial entre familias, la pérdida de algunos empleos y la violencia intrafamiliar derivados de la pandemia que ha durado más de un año.
Ahí podrán aprender los pastores en qué consiste una terapia, cuándo delegar, y a quién, los casos que ameriten la asistencia de un profesional y podrán combinar su trabajo espiritual con las herramientas que los médicos, trabajadoras sociales, psicólogos y psiquiatras les proporcionen para hacer un trabajo más eficaz.
Es la primera vez en la historia que el Gobierno Federal toma en cuenta a los Ministros de Culto para llevar a cabo un trabajo terapéutico comunitario y avalar la experiencia de algunos pastores para transformarla en una herramienta que puede ayudar a la salud mental pública. El curso tendrá dos modalidades: la primera para Profesionales de la Salud y la segunda para Promotores Comunitarios, con una duración de 40 y 30 horas respectivamente. Los participantes aprenderán cuestiones elementales para dar terapia y acompañamiento con instructores especializados en salud mental.
Por el bien de las personas a las que dan “consejería” se deben apuntar los evangélicos que tienen por costumbre dar acompañamiento para que esa misión que tienen de brindar ayuda en todas sus formas no sólo sea desde el punto de vista espiritual, moral y religioso, sino de manera psicológica, tendiendo en cuenta que el ser humano necesita, además de su fe, herramientas que complementen de manera integral sus necesidades emocionales y pueda ayudar a otros que pasen por el mismo trance.
PALABRA DE HONOR: Ciento de médicos, enfermeras y personal que trabajan en hospitales privados protestaron en el Hospital Militar porque no han sido vacunados contra la Covid-19. La promesa presidencial es que no se discrimine a nadie… ¿o sólo a los fifís?