Con la apertura de la temporada electoral, los partidos políticos van a la caza y pesca de votos en nichos religiosos. Anteriormente, se conformaban con la bendición del alto clero, pero con la llegada de la 4T el ritual cambió. Y es que los líderes políticos se han dado cuenta de que la fe, aparte de mover montañas, también puede mover voluntades… y llenar urnas.
Durante la campaña política que llevó a la Presidencia de la República a Andrés Manuel López Obrador, el entonces candidato de Morena se reunió con el alto clero en un acto privado, donde no quiso comprometerse a la agenda religiosa que tenían obispos y arzobispos de la Iglesia Católica. Y a pesar de que en campañas anteriores y en esta última varios líderes evangélicos le solicitaron una reunión, el hoy Presidente se dejó retratar con varios de ellos en eventos partidistas y apareció en varios videos donde algunos cristianos oran por él, lo que le acarreó miles de votos evangélicos.
Pero fue el dirigente del Partido Encuentro Social quien hizo el milagro de “consagrar” a AMLO como el candidato más “cristiano”, a quien comparó con el personaje bíblico de nombre Caleb, “… a punto de conquistar el Monte Hebrón”, le dijo. Mientras que otros más religiosos casi lo igualaban a un apóstol, lo que le redituó en millones de sufragios provenientes de evangélicos, los cuales poco apoco se han decepcionado. Ya instalado en Palacio, AMLO hizo lo que nuca había hecho mandatario alguno: invitó a un pastor cristiano a sumarse a las tareas para “moralizar” a los mexicanos, tarea que tomó tan en serio el dirigente de la Confraternidad Nacional de Iglesias (100) Cristianas Evangélicas que se atribuyó el único mediador entre el poder y la fe evangélica.
Mientras, los partidos ya preparan sus redes para pescar a los indecisos, quienes seguramente votarán más por personajes de carne y hueso que a colores y promesas. En Acción Nacional aprobaron a inicios de diciembre su Plataforma Electoral donde se comprometen a “promover la defensa de la vida humana desde la concepción y hasta la muerte natural” (es decir, no al aborto); excluir a las ideologías de género de los planes y programas oficiales de estudio, por ser un tema para decidir libremente por los padres (o sea, con mis hijos no te metas), agenda que están aplaudiendo los grupos ProVida que en las Iglesias Cristianas están abanderando pues creen que ello se apega al canon bíblico.
Por su parte el Revolucionario Institucional no está tan interesado en los nichos religiosos como en otras elecciones. Pasaron de regalar tinacos, cemento y silla a los pastores a convencerlos por la vía electrónica, lo cual no implica recursos económicos que serán utilizados para reforzar sus bases, en donde todavía quedan algunos seguidores que siguen pensando en ese partido como el que más puede garantizar una sana distancia entre las Iglesias y el Estado, como se simuló en antaño.
Los morenistas no saben todavía cómo explotar el potencial que representan los aproximadamente 70 mil Ministros de Culto cristianos que hay en el país. Saben que recogerán muchos votos por la campaña permanente que desde las mañaneras hizo el Presidente al recitar versículos a diestra y siniestra haciendo creer que La Biblia es su libro de cabecera, creando así un voto duro entre quienes tienen una cultura religiosa basada en ese libro.
Panistas, perredistas y priístas están a punto de perder los votos que individualmente ganaron en caso de que lleguen a hacer un frente anti AMLO y se coaliguen para presentar a un candidato o candidata en común para ocupar diputaciones, alcaldías o gubernaturas. Y es que, al menos para los evangélicos, la mezcla entre el bien y el mal trae como resultado un ente vomitivo. Su voto se atomizará hacia otros partidos, que fue el fenómeno que experimentó el PES: de sus filas salieron aquellos que vieron en ese experimento político una alianza malévola cuando se fusionaron con Morena. Pocos serán los evangélicos que refrenden su apoyo a Encuentro Solidario al ver que sus candidatos buscarán poder y riqueza antes que servicio.
Finalmente, Fuerza Social por México es la única puerta que abre espacios a grupos cristianos. Incluso ha ofrecido una Secretaría Nacional Adjunta para que laicos evangélicos y líderes sociales lleven a cabo una campaña paralela para abonar el número de votos que le hace falta a ese nuevo partido para conservar el registro.
PALABRA DE HONOR: En enero de 2017, funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores escucharon decir al recién nombrado canciller, Luis Videgaray Caso: “no soy diplomático… se los digo de corazón y con humildad, vengo a aprender de ustedes, vengo a hacer equipo en un momento en que México nos necesita a todos más que nunca”. Ese mismo día se llenaron las redes sociales con adjetivos como “improvisado”, “inexperto”, “aprendiz de nada”. Hoy se sabe que el que nuevo embajador de México en Estados Unidos será Esteban Moctezuma Barragán, quien tampoco tiene carrera diplomática. Los cargos públicos a veces no son fruto de la experiencia y competitividad, sino de la amistad. Igual que antes.