Virus hace del cubrebocas un revolucionario gadget

2 de Agosto de 2025

Virus hace del cubrebocas un revolucionario gadget

Gracias a la tecnología, la mascarilla puede
hacer las funciones de un enfermero que vigila signos
vitales o, incluso, convertirse en un traductor

La demanda mundial de mascarillas provocada por el coronavirus dio lugar a innovaciones tecnológicas sin precedentes para que, además de filtrar, también sirvan como herramientas de vigilancia sanitaria o incluso traductores.

El sector tecnológico y los investigadores, en particular en Asia, compiten entre sí para aprovechar un mercado en auge.

En Japón, la start-up Donut Robotics ha creado una mascarilla que ayuda a los usuarios a mantener la distancia física y también sirve como herramienta de traducción.

La C-Face funciona transmitiendo las palabras del portador vía bluetooth a una aplicación de smartphone que permite a la gente hablar entre sí hasta diez metros de distancia.

Esta mascarilla ligera, de silicona, podría ser útil para los médicos que quieren comunicarse con los pacientes desde una distancia segura, señala la compañía.

Se espera que salga a la venta en febrero por unos 4.000 yenes (38 dólares). Se lleva como una mascarilla convencional para protegerse del contagio de Covid-19.

›Otra innovación que podría ayudar al personal sanitario a protegerse cuando tratan con pacientes infectados con Covid-19 fue desarrollada en Singapur.

Se trata de una mascarilla equipada con sensores que miden la temperatura corporal, el ritmo cardiaco, la presión sanguínea, el nivel de oxígeno en la sangre y envían estos datos a un teléfono inteligente a través del bluetooth.

“Muchos cuidadores están en primera línea y están cerca de los pacientes cuando los examinan”, explica Loh Xian Jun, uno de los científicos detrás de la innovación.

“Esto representa un riesgo para la salud de las enfermeras y queríamos pensar en una forma de reducir este riesgo” permitiendo el examen a distancia, dijo.

Los investigadores de una universidad de Singapur, en colaboración con un organismo público, esperan probar la mascarilla lo antes posible para poder comercializarla.

Sus inventores también esperan que este modelo pueda entregarse a los trabajadores migrantes de Singapur —cuyos alojamientos han sido las principales fuentes de contaminación de la ciudad-estado en los últimos meses— para vigilar a distancia su estado de salud.

Loh Xian Jun, director ejecutivo de la Agencia de Ciencia, Tecnología e Investigación de Singapur, habla sobre el cubrebocas que puede monitorear información vital de salud.