Zona Cero | La obligaron a cuidarse a sí misma

28 de Abril de 2024

Zona Cero | La obligaron a cuidarse a sí misma

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Ilustración: EjeCentral

Alejandra, enfermera del Hospital Regional de Ixtapaluca, había estudiado para cuidar de otros y hacerles sentir mejor mientras estaban enfermos, pero ahora tendría que pasar 14 días sola

Alejandra escuchó la voz de su mamá al otro lado de la puerta, quien en un susurro le cantaba Las Mañanitas. Era su cumpleaños y también el último día de una batalla que inició semanas antes, cuando al salir de su turno como enfermera quirúrgica en el Hospital Regional de Alta Especialidad de Ixtapaluca, Estado de México, comenzó a sentirse un poco mal.

Dolor de cabeza leve y sueño, los primeros síntomas, que podrían deberse a la carga de trabajo que vivía desde que el hospital había sido reconvertido a Centro Covid-19.

Las primeras señales de alarma brincaron al día siguiente, cuando tras caminar solo un par de cuadras, Ale sintió que el aire le faltaba a cada paso que daba, y aumentaba el dolor que sentía en todo el cuerpo. Horas después, comenzaron los escalofríos, síntoma claro de que su temperatura se estaba elevando, y que las cosas no andaban bien. El dolor extremo, la fiebre y la pérdida del olfato que le siguieron, fueron la confirmación que tanto temía.

El lunes por la mañana, en lugar de prepararse para atender a otros, Alejandra tuvo que formarse frente al triaje respiratorio del hospital del ISSSTE de Zaragoza, institución a la que su superiora le envió tras conocer sus síntomas.Ese tiempo de espera fue sólo el inicio de una lucha que tuvo que afrontar sola, recluida en su cuarto, y con el temor constante de poder enfermar a su mamá o su tía, quienes viven con ella y son parte de los grupos vulnerables a Covid-19.

Cuando la atendieron, le dijeron que no podían hacerle la prueba de confirmación, pero que ella sabía qué tenía y cómo debía atenderse de ese punto en adelante, ya que no sólo tenía que cuidar de sí misma, sino también de las personas con las que vivía. Alejandra, que había estudiado para cuidar de otros y hacerles sentir mejor mientras estaban enfermos, tendría que pasar 14 días sola y sin que nadie pudiera hacer lo mismo por ella.

El camino de regreso a casa estuvo lleno de dudas, en realidad no le importaba saber cómo se había enfermado, sino lo que haría de ese punto en adelante y como podría cuidar a su familia sin poner a nadie más en riesgo. Incluso en esa situación, Ale no dejaba de pensar primero en otros, debía ser fuerte porque, según ella, no tenía de otra.