Parecía que la falta de carácter para evitar una falta innecesaria de un jugador de tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León y la consiguiente expulsión, además del gol posterior, daban por cerrado el encuentro y con ello el campeonato para el equipo americanista.
Luego sucedió lo increíble: el América, en su centenario, con un gol de ventaja, se encabritó, pasó de bruces a una gresca y provocó hacer expulsar a dos de sus integrantes. Un gol de último minuto en tiempo extra más las piernas temblorosas a quienes fallaron tres veces consecutivas los penales dejó las cosas como, felizmente para mí y otros millones, nos gustaron: tigres campeón.
Si alguno hubiera dicho en cada momento crucial que las cosas estaban decididas se habría equivocado.
En cada momento crítico siempre valdría la pena recordar al maestro zen para quien, según su decidir lo mejor es afirmar “ya veremos” a cada vuelta de tuerca de nuestra circunstancia. Ello nos da la serenidad y la responsabilidad para seguir adelante.
En 2017 “ya veremos” si el conjunto de circunstancias negativas nos impacta en ese mismo sentido y/o, al mismo tiempo, nos abre oportunidades; “ya veremos” si las aprovechamos correcta o convenientemente.
Al finalizar 2017 “ya veremos” si nuestra actitud y comportamiento nos proyectan hacia nuestra buena fortuna o consolidan la perspectiva negativa de que hablamos tendencialmente en el epílogo de este 2016.
Por lo pronto habría que aprender del encuentro de este domingo que vale la pena el “fair play”, persistir, mantener la determinación y ejecutar correctamente lo que haya que decidir.
De todas maneras, en un año “ya veremos”.
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