En los pasillos legislativos se comenta que es mala señal que el presidente Andrés Manuel López Obrador, que suele ser muy cuidadoso de las formas, no haya enviado de inmediato a la Cámara de Diputados y al Senado los nombramiento de sus secretarios de Hacienda, Carlos Urzúa, y de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, respectivamente. De acuerdo con la Constitución y la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, ambos deben ser ratificados por los legisladores, algo que será muy fácil porque Morena tiene la mayoría para hacerlo. Apenas el martes la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados aprobó el dictamen para ratificar a Urzúa y ahora pasará al pleno, a más tardar en 10 días; pero mientras ocurre, ya públicamente se asume como el titular de Hacienda, y es que tiene demasiados pendientes que atender, dicen los que saben. En el caso de Sandoval, la cosa es más extraña, en los boletines de prensa ya se identifica como la secretaria, pero en sus redes sociales aún se lee “propuesta de AMLO para la SFP”, y en el Senado no existe petición alguna para que sea ratificada. En ambos casos, dicen los que saben, es mejor atender las formas, porque son dos posiciones clave, la primera por el manejo del presupuesto, y la segunda por el combate a la corrupción, de allí que el Poder Legislativo avale las propuestas del Presidente.
6 de Mayo de 2024