“Si crees que la formación es cara, prueba con la ignorancia”
Derek Bok
¿Cuáles son algunas de las razones por las que gran porcentaje de la ciudadanía ha dejado de confiar en el desempeño policial? La distancia entre la sociedad civil y las entidades policiales no es nueva, los ciudadanos desconfían por diversos factores, sin embargo, existen dos que han contribuido significativamente: 1) la corrupción y 2) la falta de capacitación; la situación actual no es sencilla, no sólo se trata de un problema radicado en México, sino en gran parte de Latinoamérica y el mundo.
De acuerdo al Informe Regional de Desarrollo Humano 2013-2014, Seguridad Ciudadana con rostro humano, diagnóstico y propuestas para América Latina; emitido por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, de los 19 países encuestados, Chile con 65.7 puntos de 100 es el que más confía en su policía, en último lugar se encuentra Honduras con 28.7 y México obtuvo 39.9; lamentablemente, a pesar de ocupar el primer lugar los Carabineros de Chile empañaron su reputación cuando en 2017 se revelara una red de desvío de dinero valorado en varios miles de millones de pesos.
Por otro lado, lejos estamos aún del top 10 encabezado por Singapur, Finlandia y Dinamarca; ya que en datos del Índice Mundial de Seguridad Interna y Policial 2016 (WISI por sus siglas en inglés) realizado por laAsociación Internacional de Policía de Ciencias (IPSA) y el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), el cual buscó medir el desempeño en cuatro campos: capacidad, proceso, legitimidad y resultados; nuestro país se encuentra en el lugar 118 de 127 evaluados, por debajo de Sierra Leona y Honduras y por encima de Venezuela y Camerún; destacamos por haber incrementado la fuerza policial en más del doble desde 1980, sin embargo, nos encontramos entre las peores cinco naciones en el tema de legitimidad junto a Kenia, Nigeria, Congo y Pakistán.
Las organizaciones policiales son responsables de mantener el orden público y de brindar protección a los ciudadanos; es la manifestación más tangible del Estado en materia de seguridad, y su forma de actuar o su pasividad tienen consecuencias importantes en la legitimidad de las estrategias ante el crimen; desafortunadamente, y de acuerdo a la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Pública 2019 (ENVIPE), la policía de tránsito y la policía preventiva municipal son las autoridades con menor índice de confianza, y también se encuentran en primer y tercer lugar respectivamente en el rubro de corrupción.
La corrupción es un factor con múltiples aristas y que ha permeado en muchas de las instituciones relacionadas con la impartición de justicia, circunstancia que ha hecho que la ciudadanía vincule a estos miembros incluso como personal responsable de la seguridad de narcotraficantes y personajes dedicados al crimen; por otro lado, la policía también ha sido identificada con una formación improvisada e insuficiente, lo que ha su vez ha contribuido a que el agente no sea revestido de la importancia que desempeña para la nación.
Durante 2018 el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) informó que de acuerdo a un diagnóstico, sólo el 23.5% de los activos de las policías estatales preventivas contaban con la posibilidad de obtener el Certificado Único Policial, el cual acredita que el personal que integra las instituciones de seguridad pública cuenta con el perfil, conocimientos, experiencia, habilidades y aptitudes necesarias para el desempeño de sus funciones; durante la pasada semana del 13 de septiembre concluyó el plazo de tres años publicado en el Diario Oficial de la Federación, sin alcanzar las perspectivas deseadas; por lo que la semana pasada el periodo se amplió 18 meses más.
La capacitación brinda a las personas que integran los cuerpos de seguridad una actitud comprometida, fomenta el uso correcto de las herramientas tecnológicas y enfoca su conocimiento de las modalidades delictivas con la única finalidad de que la preparación aunada a la inteligencia sean instrumentos infalibles en el combate al crimen.
La conducta de los agentes policiales se encuentra estrechamente unida a los criterios profesionales, a un proceso de formación que debe ser actual e innovador, donde su desempeño no signifique comprometer su integridad moral y física ni la de la ciudadanía; sin duda, la capacitación ayuda a que sean conscientes de la importancia de trabajar para prestar auxilio y protección a víctimas, de los procedimientos enfocados en el cuidado a los derechos humanos, sin el abuso de poder, sin el uso excesivo de la fuerza, sin corrupción y preservando el lugar de los hechos, entre otros, es decir, velando en todo momento por el bienestar de la ciudadanía con irrestricto apego a la ley.
No perdamos de vista que la combinación de la integridad y la capacitación genera un elemento importante: la imagen policial; aún hay mucho trabajo que hacer con respecto a este importante tema, porque una buena percepción ciudadana impulsa la denuncia, hace frente común contra el criminal, elimina la discriminación que se realiza a los policías, porque este último punto daña y lástima a la sociedad; de acuerdo a Causa en Común un 61% de la policía se siente discriminada y muchos a lo aspiran por enfrentar todos los días al crimen es sólo un mejor sueldo, mayor calidad en sus herramientas de trabajo y estímulos y ascensos por su desempeño.
Es necesario que consideremos al prójimo como un espejo, que como ciudadanos lo entendamos y busquemos en equipo una forma de remontar en una batalla que hasta el momento estamos perdiendo.
*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación.
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