Alexander, símbolo de lucha generacional

1 de Julio de 2025

Alexander, símbolo de lucha generacional

Ayer, alrededor de 6 mil 500 personas marcharon en el DF para exigir justicia por los 43 normalistas de Ayotzinapa

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ITZEL REYES Y GABRIELA RIVERA

Su nombre resonó en el Monumento a la Revolución, en un compromiso de unidad y justicia: Alexander Mora Venancio, de 18 años, fue el primero en ser identificado de entre los huesos calcinados. Un fragmento de hueso y un pedazo de molar sirvió de prueba para que los laboratorios de Austria corroboraran el ADN y confirmaran su identidad.

“Alexander vive, la lucha sigue. Alexander vive, la lucha sigue” resonaba en la cúpula del monumento, miles de personas gritaban con indignación. La noche había caído y las luces rojas iluminaban el monumento, la luna observaba atenta entre las nubes y una luz blanca iluminaba los rostros de los padres y estudiantes que se encontraban de pie sobre el templete.

En ese momento uno de los compañeros tomó el micrófono, leería el mensaje que envió Ezequiel Mora, padre de Alexander, desde Tecoanapa, Guerrero. El discurso estaba escrito como si fuera de la propia voz de Alexander.

“A través de esta voz les hablo, soy uno de los 43 caídos el 26 de septiembre en manos del narcotráfico de este narcogobierno, hoy, seis de diciembre le confirmaron los peritos argentinos a mi padre que uno de los fragmentos de mis huesos encontrados me corresponden”.

“(…) no dejen a mi padre sólo con mi pasar, para él significo prácticamente todo, la esperanza, el orgullo, su esfuerzo, su trabajo y su dignidad. Te invito a que redobles tu lucha, que mi muerte no sea en vano, toma la mejor decisión pero no me olvides (… ) este es mi mensaje”.

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El hombre en el micrófono dijo “Hoy, Alexander Mora Venancio pasas a cabalgar en la historia junto a Zapata, a Villa, a Genaro, a Lucio, y a muchos que iniciaron esta lucha”, lo cual provocó gritos y aplausos de la gente que escuchaba y observaba, el hombre concluyó “Alexander vive y vivirá porque es el símbolo de la lucha generacional, representa a los jóvenes y a los estudiantes”.

Más de 6 mil 500 personas, de acuerdo con cifras oficiales del Gobierno del Distrito Federal, se dieron cita, a las 4 de la tarde, en el Ángel de la Independencia para marchar, una vez más, por los 43 normalistas de la Normal Rural de Ayotzinapa. Organizaciones sociales, campesinos, maestros, estudiantes, hombres, mujeres, niños y abuelos, cargaban banderas negras y blancas, y carteles con mensajes en los que exigían justicia y la aparición con vida de los estudiantes.

A las 4:30 de la tarde, un grupo de personas encabezaba la marcha, detrás de ellos avanzaban los padres y familiares de los 43 normalistas desaparecidos, custodiados fuertemente por mujeres y hombres que formaban una cadena humana que impedía que cualquier persona ajena se acercara al contingente. Los rostros y nombres de los jóvenes normalistas se leían, mientras gritaban “vivos se los llevaron, vivos los queremos”.

Detrás de los padres, marchaban los contingentes de las Escuelas Normales Rurales del país, encabezadas por la Normal “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa. Una gran manta roja, con letras negras resaltaba, ese contingente estaba integrado por mujeres jóvenes, de no más de 25 años, estudiantes de la Normal Rural “Carmen Serdán” de Teteles, Puebla, que llegaron hasta al capital del país para exigir justicia por sus compañeros de Guerrero.

Poco antes de las 6 de la tarde, llegaron al Monumento a la Revolución las organizaciones sociales, que venían justo detrás de los normalistas, pertenecientes a la Unión de Campesinos Pobres (UCP), del Frente Popular Revolucionario (FPR), que además se manifestaron en contra de las llamadas reformas estructurales y convocaron a una huelga política general. También salieron integrantes de la Alianza de Tranviarios de México; el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, con hombres y mujeres en trajes típicos y machetes; la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, entre otras.

La comunidad artística, trabajadores del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBA), estudiantes de Posgrado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Instituto Politécnico Nacional (IPN), Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) también se convocaron, gritaron “Goyas”, “Huelums” y consignas como “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”.

Comenzaba a anochecer cuando el mitin comenzó, toda la gente agitaba sus banderitas, observaba atenta al templete y gritaba “fuera Peña, fuera Peña”. En el escenario se encontraban los padres que sostenían con fuerza los retratos de sus hijos, que ya llevan 71 días desparecidos, mientras al fondo el monumento se coloreaba de rojo.

Fue entonces cuando Felipe de la Cruz, tomó la palabra y afirmó “Si piensan estos asesinos, que por el hecho de haber coincidido uno de nuestros muchachos con el ADN nosotros vamos a quedarnos a llorar, nosotros les queremos decir que se han equivocado” resaltó que las jornadas de lucha llegarán hasta encontrar a los jóvenes con vida y que su lucha continuará durante la temporada vacacional porque “ellos no van a descansar”.

“No le lloramos a Alexander, sabemos que su caída va a florecer en la revolución para un cambio de fondo en nuestro país”.

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Cada palabra que sonaba por los altavoces provocaba una reacción en el público, que exigía a gritos justicia, llamaban “asesino, asesino” y “fuera Peña” al presidente, algunos chiflaban y otros aplaudían.

Hubo un momento en que el discurso se detuvo, pues alguien detectó a unos supuestos infiltrados, los cuales fueron encapsulados por los propios manifestantes y posteriormente sacados del mitin y entregados a las organizaciones de derechos humanos.

Las luces blancas iluminaban los rostros de los padres y estudiantes que se encontraban de pie sobre el templete, sosteniendo con fuerza las fotografías de sus hijos y amigos, cada palabra que se pronunciaba era en favor de la justicia y una petición de unión para lograr un cambio en el país.

Al final y poco después de las 8 de la noche, la marcha terminó si incidentes, los padres de nueva cuenta fueron resguardados por la cadena humana para llevarlos a los autobuses con destino a Guerrero, de donde vinieron para marchar para exigir la aparición con vida de sus hijos, porque aseguran que para ellos, los jóvenes continúan con vida.