A pocos días de que la presidenta Claudia Sheinbaum rinda su primer informe de Gobierno, la reducción de la violencia se perfila como uno de los temas centrales. Y es que los datos recientes muestran un cambio que no pasará inadvertido.
Según cifras oficiales, las víctimas diarias por homicidio han disminuido un 25.3% desde octubre de 2024. Actualmente se registran 64.9 asesinatos al día, frente a los 86.9 reportados en septiembre del año pasado. En términos prácticos, significa un promedio de 22 homicidios menos cada jornada. Aunque México sigue entre los países más violentos del mundo, se trata de un retroceso significativo: julio marcó el mejor registro mensual desde 2015.
Entre septiembre de 2024 y julio de 2025, 23 estados lograron disminuir sus cifras de homicidios dolosos. La estrategia de seguridad del actual sexenio ha marcado una diferencia frente a la del gobierno anterior. La presión también provino de Washington: Donald Trump, desde su llegada a la Casa Blanca, condicionó la relación bilateral a avances claros contra el narcotráfico y el crimen organizado, bajo la amenaza de nuevos aranceles. Esa exigencia se convirtió en un incentivo constante para reforzar la seguridad.
El plan presidencial descansa en cuatro ejes: atender las causas sociales del delito, consolidar a la Guardia Nacional, coordinar acciones en los estados más violentos y dar seguimiento especial a 20 municipios prioritarios, además de fortalecer la inteligencia y la investigación. Este último punto es considerado el corazón de la estrategia y ha tomado forma bajo la conducción del secretario de Seguridad, Omar García Harfuch. Las detenciones de grandes capos han puesto en jaque a los cárteles, aunque suelen venir acompañadas de estallidos de violencia. El caso de Sinaloa es ilustrativo: tras la captura de Ismael Zambada y de varios hijos de Joaquín “el Chapo” Guzmán, la región se sumió en un escenario sangriento con cientos de muertes desde julio del año pasado.
La presión estadounidense sigue pesando. Trump cumplió su promesa electoral y vinculó la relación comercial al combate contra el fentanilo, droga que provoca decenas de miles de muertes anuales en su país. En lo que va del sexenio, México ha decomisado más de 3.5 millones de pastillas de esa sustancia, desmantelado 1,262 laboratorios clandestinos, asegurado casi 15,000 armas y detenido a más de 29,000 delincuentes, incluidos líderes de cárteles. García Harfuch ha subrayado que estos golpes no serían posibles sin el trabajo de células especializadas en inteligencia.
Ese esfuerzo permitió que Washington concediera una tregua de 90 días a México en el terreno arancelario, una pausa que ha reducido tensiones en la relación bilateral mientras continúan las negociaciones sobre el T-MEC, el tratado comercial que comparten ambos países con Canadá. Pero el mensaje es claro: mientras Trump esté en la presidencia, los avances en seguridad estarán íntimamente ligados al comercio.
No todo son buenas noticias. La extorsión es el único delito que ha crecido durante este periodo, con un alza de 25.4% en lo que va del año y representa una fuente de ingresos cada vez mayor para los grupos criminales. Desde restaurantes hasta pequeños puestos callejeros, todos los negocios están expuestos al cobro de “cuotas” que en muchos casos llevan al cierre forzoso. Se trata, junto con los robos y asaltos, del delito que más cercano perciben los ciudadanos y que revela que la inseguridad económica sigue siendo la gran deuda pendiente de México.
*Diputado local por el Distrito 15 de Iztacalco
X: @PabloTrejoizt