En las últimas dos décadas de la música grabada, la industria ha girado hacia formatos que sigan redituando la mayor cantidad de ganancias, tanto económicas como en auditorio, y casi sin notarlo, la revolución en los formatos se ha acelerado.
Hacia los inicios del nuevo milenio, los cassettes, discos en vinil y los compactos todavía eran vistos como objeto de venta, que hacían mancuerna con otros dispositivos de reproducción. Ahora, el streaming factura hasta cuatro veces más que los físicos, por lo que esta plataforma es responsable de que la industria vuelva a crecer.
De acuerdo con un análisis de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI), los ingresos generados por el streaming no han dejado de crecer desde su aparición en 2006.
En 2022, por ejemplo, los servicios de música en streaming reportaron a la industria de la música grabada mundial ingresos por 17 mil 500 millones de dólares. Esto no sólo supuso un incremento de cerca de cinco mil millones con respecto a 2020, sino que sigue reforzando el papel de este segmento dentro del mercado discográfico.
El estudio del IFPI registró el año pasado el aumento de ingresos en casi todas las categorías de formatos, aunque el streaming siguió dominando la combinación global de ganancias. Aunque las tasas de crecimiento en todos los formatos fueron inferiores a las del año anterior –con el crecimiento excepcional de 2021, atribuible en parte a la pandemia–, hubo ganancias de dos dígitos en streaming y cierta resistencia en el mercado físico.
El estudio también muestra el acercamiento a otras plataformas para escuchar música. Por ejemplo, los ingresos por formatos físicos –entre ellos discos compactos, vinilos y otros– aumentaron por segundo año consecutivo, aunque sin igualar el crecimiento del año anterior, que fue de 16.1 %, estimulado por un resurgimiento pospandémico. El crecimiento de 4.0 % equivale a 4.600 millones de dólares de ingresos, lo que sitúa la cuota del formato físico en 17.5 % del mercado.
En tanto, las descargas y otros formatos digitales (no streaming) –que representan 3.6 % del mercado global– fueron una vez más la única categoría de formato que experimentó un descenso en 2022, ya que el streaming siguió afianzándose como formato digital dominante. Dentro de esta categoría, los ingresos procedentes de las descargas permanentes cayeron 19.6 % hasta 644.4 millones de dólares, mientras que otros formatos digitales distintos del streaming, incluida la personalización móvil, crecieron 12.2 %.
Los ingresos por derechos de ejecución –el uso de música grabada por parte de emisoras y locales públicos– aumentaron 8.6 %. Alcanzando dos mil 500 millones de dólares en 2022, los ingresos superaron sus niveles prepandémicos en ese año y representaron 9.4 % del mercado mundial.
Así, con 2.4 % del mercado en 2022, la sincronización –los ingresos procedentes del uso de música grabada en publicidad, cine, juegos y televisión– mantuvo fuertes aumentos, registrando otro año de crecimiento de 20 % y alcanzando 640.4 millones de dólares.
17 mil 500 millones de dólares fueron los ingresos de la música en streaming en 2022