Nuestra apatía ante el dolor

28 de Abril de 2024

Hannia Novell

Nuestra apatía ante el dolor

“Miren sus relojes. Hace unas horas, no más de 24, mataron a otra mujer en Tlatelolco, en donde vivo. Digo otra porque hubo un feminicidio hace cinco años (de cuyo caso se hizo un desafortunado artículo que pareció justificar al homicida). Y nuevamente vuelven los temores.

“Esta chica tenía apenas 14 años, al parecer salió anoche de su casa en Santa María La Ribera para visitar a unos amigos en Tlatelolco. Fue hallada muerta hoy en una maleta, ahí, arrojada en el césped, rodeada de ventanas de departamentos, expuesta. ¿Quién hace algo así y por qué? ¿Qué vivió esta niña mientras nosotros nos hallábamos contemplando no sé qué? ¿En qué momento un hecho así no nos indigna hasta la médula como sociedad? ¿Por qué no nos moviliza?

Están matando a personas en este país. Lo que es peor, las matan por ser mujeres, o por pensar diferente, o por protestar, o por escribir. El gobierno hace como que no hace (ya es cínico). Pero, ¿nosotros? Si hay un Dios, que perdone nuestra apatía ante el dolor”.

Escena 1: El macabro hallazgo

Me atreví a tomar este mensaje del muro de Facebook de un colega y amigo de El Universal porque me parece muy puntual y acertado. Como él narra, el cuerpo encontrado la mañana del pasado martes 13 dentro de una maleta en las inmediaciones de la alcaldía Cuauhtémoc corresponde a Ingrid Alison, una menor de 14 años a quien sus familiares buscaban desde el lunes por la noche, cuando salió de su domicilio, en la colonia Santa María La Ribera.

Transeúntes que pasaban por una jardinera de la unidad habitacional de Tlatelolco reportaron el hallazgo. Uno de ellos abrió la maleta y encontró el cadáver. De inmediato se solicitó la intervención de la policía y se resguardó la zona.

Los reportes oficiales detallan que mientras se realizaban las diligencias en el lugar, la víctima fue identificada por un familiar, quien manifestó que la adolescente había sido reportada como desaparecida durante las primeras horas del mismo martes en la Coordinación Territorial Cuauhtémoc Uno, tras desconocerse su paradero desde las 23:00 horas del lunes, cuando no llegó a su casa.

Como parte de las investigaciones, la procuraduría capitalina aseguró un departamento del edificio ubicado enfrente del lugar del hallazgo, donde se presume que vive su pareja, por lo que se solicitó una orden de cateo.

Según el peritaje inicial, el cuerpo de Ingrid Alison presentaba severas huellas de violencia y un disparo en la cabeza, con esto comenzaron las entrevistas a amigos, familiares y conocidos para deslindar responsabilidades, pues algunos vecinos declararon a las autoridades que escucharon gritos de ayuda la noche del lunes en un edificio junto a donde se halló sin vida.

Escena 2: La principal sospechosa

La Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México investiga a Melisa “N”, de 22 años como la principal sospechosa del asesinato de Ingrid Alison.

Blanca Estela, madre de la joven asesinada, reveló que ambas chicas tenían una relación sentimental. De hecho, en la revisión que realizaron al departamento de Melisa “N”, policías de investigación encontraron huellas de sangre sobre el colchón, paredes y desorden que se presume pudo deberse a forcejeos en la habitación.

Según los primeros reportes, testigos vieron que Ingrid Alison ingresó al departamento de Melisa, quien vivía en Tlatelolco. Frente a él fue encontrada la maleta con el cuerpo de la menor.

Epílogo

Recupero de nuevo el texto original: “¿En qué momento un hecho así no nos indigna hasta la médula como sociedad? ¿Por qué no nos moviliza?”

Las crónicas narran que se “escucharon gritos de ayuda” y que hubo un disparo. ¿Por qué nadie intervino?, ¿por qué nadie hizo una llamada de emergencia?, ¿por qué tuvieron que pasar horas hasta que un “curioso” decidió abrir una maleta?, ¿dónde está la solidaridad que caracteriza a nuestro pueblo?, ¿por qué esa indiferencia infame?

Si hay un Dios, que perdone nuestra apatía ante el dolor.