Daniel Plácido, un ave fénix que resurge

17 de Junio de 2024

Daniel Plácido, un ave fénix que resurge

Daniel Plácido

El de este hombre fue el primer caso en que el colectivo Haz Valer mi Libertad logró una excarcelación a través de un recurso de revisión extraordinario; tras estar preso injustamente, recuerda el calvario que padeció y celebra “volver a la vida”

“El primer día que abrí los ojos aquí (en mi cama) sentí como si acabara de despertar de un mal sueño, de una pesadilla”, relata Daniel Plácido Arroyo, quien el pasado 2 de mayo fue absuelto y puesto en libertad luego de pasar ocho años y seis meses encarcelado por un delito que no cometió.

Daniel finalmente volvió a abrazar a sus dos hijos y recuperó su negocio, su familia y su hogar. “Es un proceso de adaptación, pero estoy disfrutando cada momento. Volver a estar aquí es una dicha, es una bendición”, expresa en entrevista con La-Lista.

Daniel Plácido se convirtió en el primer caso en que el colectivo Haz Valer mi Libertad logró una excarcelación a través de un recurso de revisión extraordinario, el “reconocimiento de inocencia”, que figura en el Código Nacional de Procedimientos Penales y por el cual se anuló su sentencia.

Tuvieron que pasar ocho años y medio para que la justicia le diera la razón. Su hermana, Lady Plácido Arroyo, y su madre, Celia Arroyo, presionaron de todas las maneras posibles: se raparon, declararon dos huelgas de hambre, mantuvieron un plantón de casi un año y crearon Haz Valer mi Libertad, colectivo que adoptó a 17 familias que pelean por la libertad de personas injustamente encarceladas.

Daniel abandonó el penal de Santiaguito, en Almoloya de Juárez, Estado de México, con la frente en alto y como un hombre libre e inocente. Su familia lo esperaba afuera. Juntos, rompieron en llanto y se abrazaron. Habían roto los candados que los mantuvieron presos por casi nueve años.

El Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero, que se encargó de defender a Daniel Plácido tras ser sentenciado a 65 años de prisión por el delito de secuestro, denunció casos similares al de Daniel por casi 12 años.

En 2015, un testigo de la tercera edad y presunta víctima de un secuestro acusó al entonces joven Daniel, de 26 años, de ser su victimario. Dijo que lo “reconoció” por características físicas que casi cualquier hombre en México puede cumplir. “Él (la presunta víctima) narró que me había reconocido por ser moreno y estar mugroso. Dijo que (su victimario) era una persona de estatura baja, cabello corto, cara redonda y la barba, la barba era el principal señalamiento (...) No se podía sustentar una sentencia en el dicho de una persona”, refiere Daniel.

El 5 de noviembre de 2015, “un día normal”, hombres armados descendieron de vehículos sin placas e irrumpieron en la casa-taller de Daniel en San Pedro Totoltepec, Toluca. Con armas de alto poder se lo llevaron. Se trató de una detención arbitraria que vino acompañada de tortura y que marcó su destino por casi una década.

Cuando finalmente le notificaron que quedaría libre, Daniel Plácido sintió que renacía. “Rompí en llanto porque prácticamente yo estaba muerto en vida ahí adentro, y de un momento a otro, como el ave fénix, vuelve a resurgir esa dicha de estar vivo nuevamente”, enfatiza.

Ahora que ha recuperado una parte de su vida, desea empezar a trabajar y retomar sus actividades, pero también pretende “seguir luchando por esas personas que aún se encuentran privadas de su libertad injustamente”.

Amigos de Daniel Plácido, dentro y fuera de la prisión le brindaron expresiones artísticas como un gesto de solidaridad.

El recurso de revisión extraordinario “reconocimiento de inocencia” en México, establecido en el Código Nacional de Procedimientos Penales, permite a personas condenadas buscar su liberación si demuestran su inocencia de manera fehaciente.

Este recurso ha ganado relevancia en el contexto mexicano debido a casos de personas que fueron condenadas injustamente y posteriormente demostraron su inocencia.

La revisión de casos bajo este recurso puede implicar la colaboración de organizaciones de derechos humanos, abogados pro bono y expertos forenses para reunir y presentar las pruebas necesarias.

La decisión de liberar a una persona mediante este recurso recae en los tribunales, que evalúan la nueva evidencia presentada.

NM

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