De Paseo por Viena

19 de Mayo de 2024

De Paseo por Viena

De Paseo por Viena

Recorre las elegantes calles de esta capital europea y déjate seducir por su atmósfera que se remonta a siglos de influencia monárquica

Al llegar a Viena se percibe el legado de haber sido la capital de un imperio multinacional que abarcaba 17 naciones y lenguas diferentes. Este imperio austriaco, surgido en 1804 en el corazón de Europa, se extendía por casi 700 mil kilómetros cuadrados.

Sin embargo, al finalizar la Primera Guerra Mundial, el imperio se desmoronó, dando origen a naciones independientes como Checoslovaquia, Hungría, Austria, Eslovenia, Croacia y parte de Rumania.

Incluso durante casi 600 años, Viena fungió como la capital del Imperio austrohúngaro bajo el reinado de los Habsburgo. En su historia, sirvió como frontera de Europa y resistió el avance de los turcos otomanos.

Además, Viena es reconocida como el escenario de la vida de figuras históricas y culturales como Sissi, el emperador Francisco José, Strauss, Freud, Klimt, Mahler y Stefan Zweig.

Esta ciudad encarna una rica historia cultural y artística que atrae a visitantes de todo el mundo.

Ringstraße. Es la arteria principal de la ciudad, erigida sobre las antiguas murallas y fortificaciones. En el siglo XIX, esta avenida vio surgir majestuosos edificios públicos, como el Parlamento, de estilo clásico griego, con la imponente fuente de Atenea. Con casi cinco kilómetros de extensión, ofrece una panorámica excepcional de la grandeza vienesa, incluyendo la Ópera, el Ayuntamiento, el Palacio de Justicia y la Bolsa austriaca, entre otros sitios destacados.

Catedral de san Esteban. La Stephansdom, emblemática en Viena, destaca por su techo adornado con elaborados azulejos geométricos, principalmente en tonos verdes. Su historia se remonta a 1137, cuando inició su construcción.
A lo largo del tiempo, ha sufrido varias modificaciones: desde un edificio románico original, incendiado en 1258, conservando algunas partes como las torres frontales, hasta la reconstrucción de un templo gótico entre 1304 y 1433. Su torre sur, llamada Steffi por los vieneses, alcanza 133 metros y en su techo se observa el águila bicéfala, símbolo de los Habsburgo.

136 metros es la altura de la Catedral de San Esteban, una de las iglesias más altas de Austria.

Palacio imperial de Hoffburg. Hasta 1919 el Palacio Imperial de Hofburg fue la residencia principal de los Habsburgo. Desde 1279 cumplió funciones administrativas y se expandió hasta convertirse en el palacio que conocemos hoy. Varias de sus salas son accesibles para visitar, incluyendo los apartamentos imperiales con muebles, obras de arte y objetos personales de la familia imperial; la sala de plata, que alberga una colección de vajillas de plata y porcelana; el Museo Sissi, dedicado a la emperatriz Isabel; la Biblioteca Nacional, una de las más antiguas y hermosas de Europa; y por último, el tesoro imperial, que exhibe la corona y la espada del emperador.

Ópera Estatal de Viena. Construida en 1861 en estilo neorrenacentista, inicialmente la Ópera Estatal de Viena no fue del agrado de los vieneses, pero hoy en día es un ícono de la ciudad. Se ofrecen tours especiales para explorar el vestíbulo, las escaleras y el auditorio principal. Además, se pueden adquirir boletos desde 15 euros para disfrutar de ópera durante algunas temporadas, aunque los asientos pueden resultar un poco incómodos o situarse de pie en la parte superior. A pesar de esto, la experiencia es única y merece la pena aguantar la incomodidad durante unas horas.

6 mil personas es la audiencia anual de la Ópera Estatal de Viena.

Schönbrunn. El palacio Schönbrunn, también conocido como el Schloss amarillo, fue la residencia de verano de la familia imperial. Construido entre 1740 y 1750 durante el reinado de la emperatriz María Teresa, tiene mil 441 habitaciones, aunque sólo unas pocas están abiertas al público, como el dormitorio de la emperatriz Isabel (Sissi), equipado con una regadera en su baño, un adelanto muy moderno para su época, y la modesta habitación del emperador Francisco Javier.

El palacio exhibe un estilo barroco impresionante, pero son sus jardines los más destacados. En la cima de una colina se erige un pabellón dedicado a la Guerra Justa, ofreciendo las mejores vistas de Viena desde su terraza.

Belvedere. El complejo Belvedere consta de dos magníficos edificios de estilo barroco, construidos en 1700 y separados por un jardín lleno de esculturas mitológicas y esfinges aladas.
En 1776, la familia imperial los adquirió para crear una galería con la colección de pinturas acumuladas por los Habsburgo, convirtiéndolo en uno de los primeros museos públicos del mundo.

Aunque algunas colecciones fueron trasladadas al nuevo Museo de Bellas Artes, el Belvedere conserva una rica selección de arte, incluyendo obras de Gustav Klimt como “El Beso” y “Judith”, así como obras de Egon Schiele. Además, no puedes dejar Viena sin probar un café vienés acompañado de un strudel de manzana, una sachertorte o un esterházytorte.

Con más de 100 palacios y 150 museos, la capital austríaca deslumbra con su esplendor.

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