Lo que permaneció como un problema oculto por años, salió a la luz esta semana gracias a los esfuerzos de activistas y víctimas. Se trata de la creación y divulgación de contenido sexual no consentido por parte de alumnos y jóvenes en escuelas de Corea del Sur, quienes, por medio de inteligencia artificial, generan videos y fotografías sexuales de sus compañeras.
De acuerdo con las denuncias, los alumnos aprovechan las fotografías casuales que sus compañeras suben a las redes sociales para generar contenido sexual explícito, y muchas veces violento, con herramientas de inteligencia artificial.
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Las imágenes y videos logrados con el software se comparten en canales de Telegram, y alcanzan una difusión masiva. Se estima que estos canales suman hasta 220 mil miembros, y para ingresar a ellos, los interesados deben ofrecer contenido sexual femenino, que en la mayoría de los casos es de sus compañeras y maestras, aunque en algunos casos se comparten imágenes íntimas de familiares.
Asimismo, los perpetradores son en su mayoría adolescentes y universitarios.
La fácil creación y difusión de las imágenes sexuales falsas ha ocasionado que al menos el 70% de las escuelas de todo el país registren casos.
El caso adquirió mayor gravedad cuando se descubrió que muchas de las víctimas eran niñas menores de edad.
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Y aunque grupos feministas coreanos y víctimas señalan que el problema data de al menos desde el 2021, fue hasta esta semana que el caso llamó la atención de las autoridades. En este sentido, las activistas acusaron que el gobierno comenzó a atender el caso cuando las mujeres afectadas utilizaron las redes sociales para quejarse y para advertir a otras mujeres –coreanas y extranjeras– de la problemática.
Dichos mensajes fueron recibidos y contestados por grupos feministas de otros países, quienes ayudaron a viralizar la noticia.
Y aunque el gobierno ha asegurado que ya trabaja en el caso, muchas mujeres coreanas advirtieron que lanzarán una campaña este 1o de septiembre, con el fin de lograr que los perpetradores sean identificados y penalizados de alguna forma.
Según la ley de Corea del Sur, la creación y difusión de deepfakes sexualmente explícitos se castiga con cinco años de prisión o una multa de 50 millones de wones (37 mil 500 dólares). Sin embargo, las autoridades desestiman muchas de las denuncias, mientras que gran parte de las víctimas prefiere no denunciar por vergüenza o miedo.
BM
