Después de la dimisión de dos de sus ministros de guerra –debido a la masacre en el campo de refugiados de Nuseirat para rescatar a cuatro rehenes–, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, disolvió su Gabinete de Guerra, que había sido creado para tomar las decisiones sobre la operación militar en la Franja de Gaza tras el ataque de Hamás.
Pero la disolución de dicho organismo no significará el fin de la ofensiva de Israel sobre los territorios ocupados de Palestina, ya que, según lo dicho por diversas fuentes, ahora será un foro de consulta más reducido el encargado de conducir la ofensiva israelí. De acuerdo a lo informado, en este foro estarán el ministro de Defensa, Yoav Gallant; el de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer; el jefe del Consejo de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi, y el líder ultraortodoxo del partido Shas, Arieh Deri. La mayoría de ellos son miembros del ala ultraderechista del país.
Según la prensa, la disolución del gabinete de guerra está destinada a acabar con los intentos de los ministros de extrema derecha Ben Gvir y Bezalel Smotrich para participar en el gabinete de guerra desde el inicio del conflicto.
La decisión se dio después de que el ejército israelí anunciara una “pausa táctica”, tras 254 días de ataques, los cuales han dejado cerca de 40 mil heridos. Netanyahu respondió ordenando que se retomen los bombardeos, y acusó que él no autorizó ninguna interrupción a la ofensiva.
En las últimas horas, miles de israelíes se han congregado en diversos puntos para exigir la dimisión del primer ministro.