Pese a condena internacional, Israel ataca Rafah

Ni la negativa de Estados Unidos, ni los señalamientos de organizaciones internacionales como la ONU y la Unicef surtieron efecto, y en las últimas horas, las tropas israelíes entraron a Rafah –el único lugar que no han bombardeado masivamente–, y donde se concentran más de un millón de civiles palestinos.

Según lo que ha dicho el gobierno de Israel, se trata de una operación de “alcance limitado”, pensada para “reducir la presencia de milicianos del grupo fundamentalista Hamás”. Pero además de no dar tiempo a los civiles para retirarse, mantuvo cerrados los puntos de salida de la ciudad.

Se trata de los pasos de Rafah y de Kerem Shalom, que además de ser la única salida de la ciudad, también son los únicos puntos de entrada de la ayuda humanitaria, la cual permanece estacionada a las afueras de la zona de desastre por decisión tanto del gobierno como de colonos israelíes.

En este panorama, palestinos y activistas señalan ataques constantes sobre domicilios, campos de refugiados y escuelas.

Todo el territorio de Gaza ha quedado aislado, en un momento en que aún no se realizan las conversaciones para un alto al fuego, recientemente aceptadas por el grupo Hamás.

Condena internacional

Antonio Guterres, secretario general de la ONU, exigió que los corredores de ayuda para Gaza sean reabiertos de inmediato. “El cierre al mismo tiempo de los corredores de Rafah y de Kerem Shalom es particularmente dañino en medio de una situación humanitaria ya desesperada. Tienen que ser reabiertos de inmediato. Insto al gobierno de Israel a detener cualquier escalada y a comprometerse de manera constructiva en las negociaciones diplomáticas”, dijo.

El ataque de Israel a Rafah ha sido condenado por otros gobiernos como el de Alemania, que se sumó a la petición de que se abran los pasos fronterizos. Annalena Baerbock, ministra de Relaciones Exteriores, público en redes sociales “Advierto contra una gran ofensiva en Rafah. Un millón de personas no pueden desaparecer en el aire. Necesitan protección. Necesitan urgentemente asistencia humanitaria continua. Para lograrlo, se deben reabrir inmediatamente los cruces fronterizos de Rafah y Kerem Shalom”.

Egipto también desaprobó la incursión israelí en Rafah, y a través de un comunicado publicado por su Ministerio de Exteriores, señaló que “condena en los términos más enérgicos las operaciones militares israelíes en la ciudad palestina de Rafah y el consiguiente control israelí del lado palestino del paso fronterizo de Rafah”. El gobierno encabezado por Abdelfatah El-Sisi también recordó que esta acción “amenaza la vida de más de un millón de palestinos que dependen de este cruce como principal vía de vida para la Franja de Gaza, y la salida segura para que los heridos y enfermos reciban tratamiento, y para la entrada de ayuda humanitaria a los hermanos palestinos de Gaza”.

Incluso Josep Borrell, Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, se pronunció en contra de las acciones militares de Israel. Al admitir que no hay ni una sola zona segura en Gaza, Borrell dijo que “Hamás aceptó un alto al fuego, Israel lo rechazó y la ofensiva terrestre ha empezado pese a las peticiones de la comunidad internacional, de Estados Unidos, de la Unión Europea, a Benjamin Netanyahu para que no ataque Rafah”.

Entre los países que condenaron la incursión en Rafah se encuentra México, que además de pedir un alto al fuego inmediato, puntualizó que “los ataques en contra de la población civil constituyen una seria violación a las normas del derecho internacional humanitario”. La Secretaría de Relaciones Exteriores también solicitó que se haga llegar la ayuda humanitaria, que suma ya varias semanas sin poder entrar a las zonas de conflicto.

En contraste, el presidente estadounidense Joe Biden, aprovechó un evento para recordar a las víctimas del Holocausto, para volver a refrendar su apoyo a Israel. En su discurso, centrado en las acusaciones de antisemitismo, el demócrata responsabilizó al grupo Hamás de haber iniciado las hostilidades con Israel, y no mencionó los más de 34 mil palestinos asesinados en los últimos siete meses por el gobierno de Benjamin Netanyahu.