Premio Abel para Michel Talagrand por poner en orden al azar
Michel Talagrand ha revolucionado la teoría de probabilidades y procesos estocásticos.
/The Abel Prize
A mediados de los 80s, el matemático francés hizo algunas "conjeturas descabelladas" que actualmente han sido todas demostradas
El Premio Abel, que se considera el Nobel de las matemáticas, se otorgó hoy al francés Michel Talagrand por su trabajo en teoría de la probabilidad y procesos aleatorios, que permite hacer predicciones en estos fenómenos que, por su naturaleza, son en principio impredecibles.
“No lo creo”, dijo seco y tajante Talagrand al recibir, en una videollamada que se suponía sería con unos colegas, la noticia que le dio Gunn Elisabeth Birkelund, secretaria general de la Academia de Ciencias y Letras de Noruega. “Es demasiado”, agregó el matemático poco antes de que la emoción le dejara sin palabras
“Tuve un completo vacío en mi cerebro durante varios segundos, y creo que la palabra sorpresa no es del todo adecuada. Es casi como si me hubieran dicho que una nave extraterrestre acababa de aterrizar frente al ayuntamiento”.
Contra el síndrome del impostor
En entrevista con el Centro Nacional de la Investigación Científica de Francia (CNRS por su sigla en francés), Talagrand comentó que su hijo le habló del síndrome del impostor, y que al haber ganado el Premio Abel se sentía “un poco víctima” de eso.
Sin embargo, el trabajo de Talagrand y sus implicaciones son ampliamente reconocidos entre los matemáticos, en particular en tres áreas, señala en un comunicado el CNRS, donde el recién premiado a hecho su carrera.
Una de ellas es su trabajo sobre el valor supremo en procesos estocásticos. Esto se puede entender con el ejemplo de la formación de olas en una costa: Aunque no se pueda predecir cuál será el tamaño de cada una de las olas, sí se puede saber de qué tamaño será la más grande del año, y esa información puede ser útil.
Una de sus más importantes aportaciones es la “desigualdad de concentración de Talagrand”, con la que demostró que en un proceso donde haya varias fuentes independientes de azar, es posible que los diferentes factores aleatorios se compensen entre sí y produzcan resultados predecibles.
Por otra parte, su trabajo ha dado rigor y formalidad al campo llamado “vidrios de espín” (spin glass) por el que se dio el Premio Nobel de Física en 2021 a Giorgio Parisi y que, más allá de los vidrios que le dan nombre, tiene aplicaciones desde la climatología hasta las ciencias sociales.
Conjeturas descabelladas de Michel Talagrand
Talagrand reconoció, en la entrevista con el CNRS, que alrededor de 1983 logró “un gran avance”, y que después hizo “conjeturas descabelladas”. Y ahora resulta que “todas estas conjeturas han quedado resueltas”.
“Era impensable que estas cosas pudieran resolverse y se resolvieron de todos modos. Y por supuesto, con la contribución de muchas otras personas, no soy el único que lo ha logrado”.
El próximo 21 de mayo, el rey Harald V de Noruega le dará el premio a Talagrand, que consta de 7.5 millones de coronas (casi 12 millones de pesos); el matemático piensa añadir esta suma a la fundación que hizo un premio anterior y otorgar premios de matemáticas en sus áreas temáticas favoritas.
“Creo que lo que sucederá allí es algo único en la historia de las matemáticas. Y todavía estoy mucho más orgulloso de ello que de cualquier cosa que haya demostrado en matemáticas”, dice el matemático cuyos cuatro abuelos nacieron en extrema pobreza.
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