Las formas importan

29 de Abril de 2024

Alejandro Téllez
Alejandro Téllez

Las formas importan

Alejandro Téllez-

El pasado domingo se llevó a cabo el primer debate presidencial. Independientemente de las múltiples críticas que se han presentado respecto al formato elegido para el contraste de propuestas, lo cierto es que Claudia Sheinbaum salió victoriosa de este ejercicio.

Considero que ello atiende, entre otros factores, a que su contrincante más cercana, Xóchitl Gálvez, no pudo transmitir de forma correcta sus mensajes. La candidata de oposición preparó una serie de golpes que pretendían desestabilizar a Sheinbaum, pero todos ellos fueron llevados a la práctica de forma débil y apresurada.

Me explico. A lo largo del debate pudimos observar a Xóchitl rodeada de tarjetas y notas informativas que la distrajeron de lo que debió ser su objetivo principal: conectar con la audiencia.

Como era de esperarse, la candidata del PRI y el PAN dedicó gran parte de su tiempo a increpar a su contrincante con diversas acusaciones. Sin embargo, cada uno de estos ataques se vieron acompañados de una candidata que no supo manejar los tiempos, las pausas y los énfasis para provocar la reacción esperada.

Y así transcurrieron dos horas de debate; con la candidata de oposición cada vez más desesperada por encontrar una respuesta a sus palabras; tan solo una mirada de Claudia Sheinbaum que le diera a entender que su estrategia estaba funcionando. Esa mirada nunca llegó.

Por si no fuera suficiente, Gálvez desaprovechó uno de los momentos más importantes de un debate: el mensaje final. Ese momento esperado por toda la audiencia y que te permite colocar un mensaje clave que trascienda en la conversación pública a lo largo de la semana.

Por alguna extraña razón, Xóchitl decidió leer una tarjeta en esta última intervención. Esa lectura, entrecortada y poco apasionada, la separó por completo de su entorno y de la posibilidad de mirar de frente a la cámara para generar un vínculo con las personas televidentes. A ello, se añadió el error garrafal de abrazar una bandera mexicana que estaba al revés. Con posterioridad al debate ha buscado explicar y justificar esa decisión, pero el daño ya estaba hecho. Esa sería la imagen que trascendería a la historia de los debates presidenciales en nuestro país.

La candidata de oposición perdió una oportunidad invaluable para recomponer el camino después de una semana de duros señalamientos contra su campaña. De su actuación quedaron decepcionados tanto sus simpatizantes que buscaban agresividad y confrontación, como aquellas personas que requerían propuestas para definir su voto.

Las 12 encuestas que analizaron el desempeño de las candidatas en el primer debate presidencial son muy claras; lo perdió Xóchitl y lo ganó Claudia.