Existe un subgénero popular en la industria cinematográfica conocido como drama jurídico o películas jurídicas. Estas películas se centran principalmente en historias relacionadas con juicios, casos legales y temas legales. Como resultado, suelen ser emocionantes al presentar argumentos legales de manera accesible para los espectadores.
Estos argumentos pueden parecer complejos a primera vista. Además, abordan dilemas éticos y morales universalmente conocidos y relevantes para el público en general.
En este subgénero, podemos encontrar verdaderos clásicos como En el nombre del padre (1993), El abogado del diablo (1997), Filadelfia (1993), Cuestión de honor (1992), Los hijos de la calle (1996) y Erin Brockovich (2000), por mencionar algunas películas destacadas.
Lo mejor de los dramas jurídicos es que es un género que pueden disfrutar los entusiastas del cine, en el que cualquiera puede jugar a ser abogado y sentirse experto en asuntos legales.
En este subgénero, Anatomía de una caída encuentra su nicho. La cinta nos cuenta la historia de Sandra, una escritora alemana que vive con su esposo Samuel y su hijo Daniel, quien es ciego, en un chalé en medio de los Alpes franceses.
Un día, Daniel encuentra a su padre sin vida después de que, misteriosamente, cayó del segundo piso de su casa. La policía, sin poder determinar si se trata de un suicidio o de un homicidio, inicia una exhaustiva investigación que señala a Sandra como única sospechosa. Ella es arrestada y juzgada por asesinato, y durante el proceso, su personalidad ambigua y la tormentosa relación que tenía con Samuel se ponen en el ojo público.
La película dirigida por Justine Triet y protagonizada por la gran Sandra Hüller se distancia de las películas del género a las que el cine de Hollywood nos tiene acostumbrados. No esperemos giros de tuerca repentinos ni cambios sorpresivos de personalidad. Por el contrario, la cinta nos atrapa poco a poco mientras va desvelando pistas, y uno como espectador va descubriendo el retrato de la crisis de un matrimonio. La culpa, la desconfianza y las insatisfacciones existenciales son parte del riesgo que implica amar y convivir con una persona.
Incluso ha sido aclamada por la crítica, ganadora de incontables premios donde destacan la Palma de Oro del pasado Festival de Cannes, lo que convierte a Justine Triet apenas en la tercera mujer en ganar este prestigioso premio en la historia del festival, y el premio Oscar al mejor guion original.
Por lo tanto, no se entiende por qué Francia no la haya seleccionado para competir por el Oscar a mejor película de habla extranjera. La misma directora, Triet, sugirió que esta decisión sería una represalia motivada por el tono político de su discurso de agradecimiento en la última edición de Cannes.
Anatomía de una caída resulta ser un elegante drama jurídico en el que sobresalen la actuación de Sandra Hüller, nominada al Oscar por mejor actuación femenina, y la maravillosa construcción del guion.
Después de ser exhibida en algunos cines de México como el pináculo de la pasada temporada de premios, Anatomía de una caída fue incluida hace unos días en el catálogo de Amazon Prime.