El día de ayer se llevó a cabo la clausura de los Juegos Olímpicos de París 2024, más allá de lo que implica un evento de apertura o clausura de una justa deportiva como lo son las olimpiadas, en las que se reúnen más de 10 mil deportistas y atletas de más de 200 países, tuvieron verificativo del 26 de julio al 11 de agosto; con 33 deportes distintos en 45 modalidades distintas.
El olimpismo es un movimiento de origen griego, pero basado en las justas de épocas milenarias; el objetivo del mismo es mostrar cómo el deporte puede hacer que todos seamos mejores ciudadanos mediante la combinación de la mente, el cuerpo y el espíritu. Su mente es ayudarnos a promover y mejora relaciones entre las comunidades y las naciones, ayudándonos a vivir en armonía entre nosotros, según lo refirió el fundador de las olimpiadas de la era moderna Pierre Fredy de Coubertin, un francés que organiza los primeros juegos olímpicos en Atenas en 1896 y lleva el fuego olímpico a París por primera vez en 1900.
Sin duda, pocas ciudades en el mundo tienen las características para ser sede del Olimpiadas o Mundiales de Futbol, ya que implica un reto logístico y de infraestructura que tiene impacto económico para el país anfitrión y no necesariamente se generan en la misma proporción los gastos respecto las ganancias. Una de las lecciones que cada cuatro años se presentan en cada justa veraniega es que además de ser más deportes incluidos en las competencias, es ver cómo se rompen los récords personales o individuales, de equipos, olímpicos y mundiales en muchos deportes. Para que esto ocurra, los incentivos son muchos, entre ellos:
· Los países becan a sus atletas y deportistas, de tal suerte que serlo si es una opción el resto de la vida.
· Las marcas son patrocinadores de lo mejor de lo mejor; y se hace uso de la ciencia y tecnología para probar cada cuatro años las innovaciones en los textiles para que sean más ligeros, en el caso del calzado deportivo más hergonómico y diferente para cada deporte.
· Los países en su mayoría cuentan con instalaciones e instructores de primer nivel, en donde atienden a los competidores en lo físico, psicológico, nutricional, etc.
· Las medallas y diplomas olímpicos para los ganadores se traducen en el ingreso seguro a las instituciones del olimpismo y deporte nacional; se convierten en los líderes de las instituciones de fomento al deporte.
De forma y fondo, México carece de lo necesario para que llegue a ser potencia en el ámbito deportivo, ya sea en el futbol o en el olimpismo, ya que no cuenta con procesos formativos de atletas o deportistas y no hay programas dedicados a dar cumplimiento con el Artículo 1º Constitucional, en materia de derechos humanos, entendiendo que en el corolario se encuentra el desarrollo de las personas; en esta justa de París 2024 solo se ganaron 5 medallas y uno de nuestros representantes ganó 2 lo cual hace más de 50 años no ocurría, esta alegría nos la dio uno de los clavadistas; pero lo lamentable es ver que ocurre sin duda por el soporte familiar y como excepción de un programa que si ha tenido seguimiento a los clavadistas.
En el resto de las disciplinas en las que México participó son verdaderos esfuerzos personales y familiares; las federaciones deportivas y la Comisión Nacional del Deporte (Conade) apoya poco o nada; tenemos varios ejemplos desafortunados, como ocurrió con el equipo de nado artístico; que tuvieron que vender sus trajes de baño entre otras cosas; ese no es el problema, siempre se requiere recursos; lo desafortunado fue que además la titular de Conade lo desdeño y no apoyó. Por lo tanto, no debemos de muchas explicaciones de por qué no somos un país con mejores niveles deportivos como Estados Unidos de América, China y Japón, que fueron los tres países que en estas Olimpiadas tuvieron los tres mejores lugares en el medallero; México se debe conformar con el lugar 65 con 5 medallas (3 de plata y 2 de bronce).
Nota al pie de página:
El 12 de agosto es el Día Internacional de la Juventud, el cual debe ser una actitud ante la vida; decía mi abuelito: “La juventud igual que lo puede ser la vejentud, es una actitud, no una cuestión de números”.