Camila, Gisela y el rompimiento del tejido social

23 de Julio de 2025

Alejandra Cerecedo
Alejandra Cerecedo

Camila, Gisela y el rompimiento del tejido social

Alejandra Cerecedo -

Quisiéramos por una semana que la seguridad no fuera el tema principal, pero lo sigue siendo y va en aumento. Por una parte, la sociedad; por otra, el crimen organizado. Estos asesinatos se suman a la larga lista de homicidios en México en la que se pronostican 200 mil al cierre del sexenio.

El atroz asesinato de Camila, de 8 años en Taxco, Guerrero, estremeció a todo México y a los pobladores, quienes lincharon a su secuestradora ante la impotencia de un gobierno que ha dejado de responder, donde la impunidad es del 95.7% en homicidios de acuerdo con el último informe de México Evalúa.

En toda esta cadena de hechos, quizás lo más indignante son las declaraciones del secretario de seguridad municipal, Doroteo Eugenio Vázquez, quien recientemente renunció, luego de revictimizar a la madre de Camila, mencionando que hubo una “responsabilidad maternal” y una omisión: “Si yo como padre tengo un hijo, pues debo de vigilarlo, orientarlo, guiarlo. Aquí la mamá supuestamente dejó salir a su niña sin percatarse de las medidas de seguridad pertinentes”.

Ante este caso, la Iglesia señaló la fractura del tejido social, una institución que recientemente se ha pronunciado contra la violencia, principalmente ocasionada por el crimen organizado, buscando pactar en algunas regiones e invitando incluso a los candidatos presidenciales a firmar un compromiso por la paz, mismo que la candidata Claudia Sheinbaum firmó con reservas al mencionar que no comparte el pesimismo de la situación actual.

Otro crimen que se ha llevado la mayoría de las portadas es el de la candidata asesinada Gisela Gaytán de Celaya, Guanajuato; con ella suman 22 los asesinatos a candidatos y aspirantes de acuerdo a información de Data Cívica y Laboratorio Electoral y la cifra sube a 50 asesinatos contando a políticos y familiares. A 2 meses de la elección, éste ya es el proceso más violento de la historia de México.

¿Cómo puede el gobierno presumir resultados en seguridad ante estos datos? Camila y Gisela son el pináculo de una sociedad corrompida y amenazada por la violencia. Esperemos pronto cambiar de la estrategia de abrazos no balazos, a una que nos permita vivir en un México sin miedo.