Consecuencias electorales

4 de Agosto de 2025

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Consecuencias electorales

luis m cruz

1.

Ciertamente las elecciones tienen consecuencias, no siempre las mejores, pero impactan a toda la población. En teoría, una mayoría asume el mando y debe gobernar para todos, ejerciendo el mandato de las urnas. Es así que en México habrá de seguirse concentrando el poder, dado que tal fue el veredicto electoral, volviendo al esquema de un federalismo centralista y de planificación central del desarrollo. No todo se refiere a la agenda legislativa, que ocupa la atención mediática, la cual, guste o no, habrá de imponerse con mayoría calificada, siendo la reforma del Poder Judicial el primer caso en la lista.

2.

El federalismo, como se entendía, también habrá de sentir las consecuencias. Alguna vez, al inicio de la transición democrática, se buscó devolver competencias a los estados. Los Comités de Planeación del Desarrollo (Coplade) y los Convenios Únicos de Desarrollo (CUD) fueron los instrumentos mediante los cuales se operacionalizaba la distribución del presupuesto y se establecía una relación entre las prioridades nacionales y las necesidades regionales. Ahora, el poder central tiene otras prioridades: ha recentralizado, entre otras cosas, la seguridad pública (Guardia Nacional), la educación básica (contenidos, salarios y promociones a nivel federal), la inversión en infraestructura (centro y sur-sureste), los programas sociales (todos federales, desde pensiones a adultos mayores hasta el reparto de fertilizantes) y muy pronto, los servicios de salud pública (con el IMSS-Bienestar, modelo Dinamarca) y hasta los electorales. Como en tiempos de la Presidencia Imperial, todo el poder vuelve a estar concentrado en una sola persona.

3.

En Europa, los partidos nacionalistas y de “ultraderecha”, obtuvieron un importante avance en las elecciones europarlamentarias, derrotando señaladamente a las opciones en el gobierno de Francia, España, Bélgica y Alemania. De estos países, al menos dos decidieron disolver el gobierno para ventilar el sentir de los gobernados, quienes resienten una agenda europea cargada de desafíos y costos crecientes por una prolongada crisis tras la invasión rusa a Ucrania y la pandemia de Covid-19. En España y Alemania, las coaliciones gobernantes decidieron continuar al menos hasta el próximo año. Tal circunstancia asegura que el poder no esté concentrado, sino distribuido y coaligado conforme a la pluralidad existente en un momento dado.

4.

En Francia, el presidente Emmanuel Macron disolvió la Asamblea Nacional y convocó a elecciones, arriesgando una eventual derrota. Tal resultado no significa que deba dimitir, sino que, debido a las características del sistema presidencial semiparlamentario, quizá deba cohabitar con un gobierno interior de otro partido como sucediera en tiempos de Francois Mitterrand o bien, integrar una coalición con partidos centristas o de la izquierda, un poco a la manera española actual que une hasta a los separatistas contra la derecha. La Agrupación Nacional, de Marine Le Pen, pinta con 35% de los votos en la primera vuelta del 30 de junio (la segunda será el 7 de julio), 26% los partidos de izquierda y sólo 19% la alianza presidencial centrista.

5.

Por otras razones, en el Reino Unido también habrá elecciones el 4 de julio, con una traza opuesta, pues el partido conservador en el poder desde el Brexit enfrenta una inevitable derrota ante el laborismo encabezado por Keir Starmer, que empuja una agenda reivindicatoria para estrechar lazos con la Unión Europea, sin atreverse aún a plantear el reingreso a Europa latente en la mente de los electores. Starmer obtendría 43% de los votos frente a 23% de Sunak. Por último, en Bélgica, el premier Alexander de Croo dimitió asumiendo la derrota de los liberales y demócratas flamencos, por lo que, siendo una monarquía parlamentaria, el rey Felipe Leopoldo pedirá a los partidos nacionalistas formar un nuevo gobierno de coalición.