Haití y CARICOM, compromisos en crisis institucional y violencia

27 de Abril de 2024

Omar Hurtado
Omar Hurtado

Haití y CARICOM, compromisos en crisis institucional y violencia

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En torno a un contexto político, económico, social y humanitario devastado en Haití, sumado a una incontenible violencia interna, el pasado 11 de marzo la Comunidad del Caribe (CARICOM) convocó a una reunión de alto nivel en Jamaica, para discutir la crisis, a la que también asistieron socios internacionales para el desarrollo como Brasil, Canadá, Francia, México, Naciones Unidas y Estados Unidos.

CARICOM informó que previamente a ese encuentro había realizado diversas consultas con actores haitianos, incluidos partidos políticos, comunidades religiosas y sectores empresariales, entre otros. El primer ministro Ariel Henry estuvo ausente ya que no le fue posible ingresar a Haití, a consecuencia de la violencia de las pandillas que tomaron el aeropuerto internacional para evitarlo, después de una visita que realizó a Kenia, país que participará en con misión multinacional en Haití en apoyo a la policía y quien anunció su renuncia al cargo.

CARICOM es una organización regional integrada por 15 naciones caribeñas, México participa como observador. A la reunión asistió la Canciller Alicia Bárcena, quien subrayó que la solución sólo puede provenir de su propio contexto, que incluya a actores haitianos y que no involucre injerencias extranjeras, pero con apoyo internacional. La canciller reiteró el apoyo de México a la cooperación con Haití.

En dicha reunión se acordó la creación de un Consejo presidencial, en el que participarán diversos grupos haitianos políticos, sociales y empresariales; el Consejo en transición nombrará lo antes posible un primer ministro interino y un consejo de ministros; fijará los criterios para un consejo electoral y otro de seguridad nacional y; dará seguimiento a la misión multinacional al mando de Kenia, autorizada por Naciones Unidas. El objetivo final será establecer un gobierno electo.

No obstante al plausible esfuerzo de la CARICOM, una pronta solución a la crisis haitiana no parece posible, arraigada por décadas. Prevalecen temas esenciales: gobernanza, seguridad y humanitario. Los dos primeros requerirán tiempo para alcanzar resultados y el segundo deberá abordarse con urgencia ante la inseguridad alimentaria, crisis en los sistemas de electricidad y agua potable, higiene, salud, educación y desplazamientos internos y migración internacional.

Se estima que habría alrededor de 200 grupos criminales que controlan el 80% de Puerto Príncipe, muchos de los cuales tienen vínculos con varias de las élites políticas, económicas y de seguridad, que preocupantemente integrarán el Consejo presidencial acordado. Tradicionalmente las pandillas han estado vinculadas a líderes y movimientos políticos. Las pandillas, un hueso duro de roer.

Con relación a la participación de la fuerza multinacional prevista, subsiste preocupación en grupos de derechos humanos por el historial de abusos que tiene la policía keniana. Se requerirían medidas y supervisión adecuadas para evitar ilegalidades de la multinacional comentada. Algunos analistas son escépticos si la policía keniana, con ayuda de otros países, tendrá la capacidad para enfrentar a los violentos grupos haitianos, en un terreno complejo y desconocido y sin la facilidad del idioma. Las intervenciones internacionales en Haití en el pasado han estado están plagadas de errores.

El panorama no parece sencillo, en un país que no cuenta con una autoridad estatal ni instituciones sólidas, sin administración política arraigada, sin presidencia ni parlamento, donde hoy los criminales definen fehacientemente el rumbo.