Meade para presidente de los 'Thundercats'

28 de Abril de 2024

Salvador Guerrero Chiprés

Meade para presidente de los ‘Thundercats’

salvador guerrero

Para Ricardo Anaya, precandidato del frente PAN-PRD-MC, hace agua la precandidatura de José Meade, el candidato del presidente Enrique Peña Nieto y del grupo mexiquense que lo respalda.

Su opinión no es diferente de la del precandidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador.

La coincidencia puede ser táctica y no necesariamente del todo objetiva. Igualmente, para efectos de los adversarios de Meade, sus debilidades aparentes pueden ser presentadas como generales y ya es ese un avance en la estrategia general de campaña de ambos.

Anaya y el candidato más fuerte, según las encuestas y en consecuencia de las deficiencias de sus adversarios, no desperdician oportunidad de exhibir la fragilidad de Meade.

En las redes sociales lo mejor que ha hecho el priista es posicionarse en los memes como León-O, el thundercat de caricatura. El gato-león líder de la pandilla relámpago.

Frente a la aparente y/o real debilidad de Meade, el PRI está claro que existen problemas estructurales no solamente con él sino con el conjunto de condiciones que podrían hacer verosímil al electorado, específicamente el externo al voto duro, la eventual victoria priísta.

El PRI no puede analizar abiertamente las debilidades y amenazas de su candidato.

Meade es tan débil como la imagen del presidente Peña, como el debilitamiento relativo del control territorial del tricolor, como la magnitud de los negativos del PRI asociado más a la corrupción que ningún otro partido y como pequeña es la satisfacción con el estado de cosas.

En redes sociales, a pesar de las contrataciones que realiza el PRI no hay ejército de bots que le baste. Puede compensar, sin embargo, con la televisión abierta y su pauta en radio para llegar a la dispersión rural donde tiene relativa ventaja.

Joaquín López Dóriga publicó sintomática y recientemente dos columnas con le mismo tema: que hay una campaña desde las oposiciones para demostrar que Meade podría ser sustituido como candidato. El periodista asocia esa presunta intención con la que atribuir a Manuel Camacho Solís en 1994 respecto de luis Donaldo Colosio.

Hay muchas diferencias respecto de aquella coyuntura.

La más importante es, de golpe, la de que hasta el año 2000 el PRI nunca había perdido elecciones presidenciales. La vulnerabilidad de ese partido ha sido conquistada dos veces por candidatos diferentes al de ese partido.

En 2000 comenzó a perder elecciones presidenciales. En esa ocasión contra un candidato fuerte, una molestia generalizada de la sociedad respecto del PRI y la expectativa de cierta esperanza conservadora.

Esas variables, paradójicamente, podrían repetirse con un candidato de rasgos conservadores desde las fuerzas progresistas.

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