Las investigaciones por enriquecimiento ilícito, defraudación fiscal y lavado de dinero en contra de Alejandro Moreno, dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), le restan legitimidad; sin embargo, aún podría remontarlo a su favor si se vende como víctima del aparato del Estado, planteó Salvador Mora Velázquez.
El Doctor en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dijo que la confrontación con la gobernadora morenista de Campeche, Layda Sansores, le resta legitimidad para ser un interlocutor demócrata, “en cambio, nos está demostrando que es un político del viejo rostro del PRI”.
“Moreno tiene una cola que debe resolver, por lo menos ante la imagen pública. La oposición tiene una disputa histórica: van aliados o, verdaderamente, el sistema de partidos en México va a quedar roto, quizá se vea en un escenario cada vez más corto que la tendencia del sistema mexicano sea bipartidismo, bastante asimétrico (Morena-oposición)”, dijo.
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El investigador en materia de elecciones en México y América Latina descartó que las investigaciones contra Morena Cárdenas fracturen la alianza Va por México, la cual ha considerado un logro ante la batalla dada en el Congreso de la Unión y el triunfo en Durango.
Planteó que las perdidas de las gubernaturas en los estados no sólo han sido responsabilidad del dirigente del partido tricolor, sino también de los exmandatarios priistas que cedieron el territorio político a Morena, incluso algunos de ellos negociaron cargos en la diplomacia, como sucedió en Sonora, Sinaloa y Campeche y no descartó que haya sucedido lo mismo en Hidalgo y Oaxaca.
Sin embargo, ahora el gran reto es luchar por mantener el estado de México, uno de los bastiones políticos del priismo, territorio de dominio del Grupo Atlacomulco, de donde surgió el último presidente priista, Enrique Peña Nieto.
En el análisis, el investigador de la UNAM también planteó la dificultad de ser oposición cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador operó a favor de Morena con la intromisión en los procesos electorales, con la política clientelar a través de los programas sociales y con los servidores públicos conocidos como “los siervos de la nación”.
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