Chile va por ley protectora de cerebros y mentes

25 de Julio de 2025

Chile va por ley protectora de cerebros y mentes

Ante los desarrollos tecnológicos actuales y futuros con la capacidad de alterar el funcionamiento del cerebro humano, los legisladores de Chile toman precauciones

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En estos días, Chile podría convertirse en el primer país que consagre los llamados “neuroderechos” en la Constitución. Esto implica que tendría una legislación para la protección de la integridad mental y el libre albedrío de los avances de las neurotecnologías con capacidad o potencialidad de alterarlos; por otro lado, busca la no discriminación en el acceso de los ciudadanos a esas mismas neurotecnologías que tienen fines de cuidado de la salud.

En términos generales, las neurotecnologías con la capacidad de afectar mentes o de modificarlas para beneficio de algún tercero apenas se encuentran en desarrollos experimentales para beneficiar a pacientes con problemas cerebrales como el mal de Parkinson, diversos tipos de parálisis o la demencia, pero la legislación busca anticiparse a otros posibles usos, potencialmente dañinos.

Leer la mente ya se puede

ley protectora de cerebros

La neurotecnología es el conjunto de métodos e instrumentos que permiten la conexión directa del sistema nervioso con componentes técnicos capaces a registrar señales del cerebro y “traducirlas” o de manipular la actividad cerebral mediante la aplicación de estímulos, en general, eléctricos, pero ahora también ópticos.

Una forma sencilla de catalogar estas tecnologías puede empezar por distinguir cuando son invasivas o no, dependiendo de si el componente tecnológico entra o no al cuerpo.

Un ejemplo de un método “no invasivo” son los electrodos externos que se usan en pacientes que padecen esclerosis lateral amiotrófica (ELA), los cuales están paralizados casi por completo en las etapas avanzadas de la enfermedad, pero que pueden comunicarse mediante los cambios voluntarios de su actividad eléctrica cerebral que pueden registrar los electrodos.

Menos útil y práctica, hasta ahora, pero más impresionante, es una tecnología no invasiva capaz de obtener las imágenes que formamos en el cerebro. Utilizando resonancia magnética funcional con una gran resolución, y un sistema para manejar big data, en el laboratorio de Jack Gallant en la Universidad de California en Berkeley lograron generar imágenes en movimiento de lo que el sujeto está viendo a partir de su actividad cerebral.

Las imágenes generadas de esta manera son borrosas y aún es difícil saber exactamente qué son si no se conoce lo que está viendo. Por ejemplo, se puede saber que es una persona de pie hablando y gesticulando, pero es imposible saber de qué persona en particular se trata o cómo va vestida.

Cuando Gallant presenta sus resultados, admite que las imágenes no son muy buenas; pero después muestra alguna de las imágenes que se crearon con los primeros daguerrotipos, en los años 30 del siglo XIX, y ciertamente no son mucho mejores.

Invasiones en beneficio del cerebro

A mediados del años pasado, un equipo de la Universidad de California (de las sedes en San Francisco y Berkeley) reportó en la revista New England Journal of Medicine el éxito que tuvieron al implantar un multielectrodo en el área de la corteza sensoriomotora que controla el habla en una persona que había perdido de la capacidad de articular palabras debido a un derrame cerebral.

Para registrar las señales del electrodo y descifrar las palabras que el paciente intentaba “decir”, utilizaron algoritmos de aprendizaje profundo, lo que permitió detectar el 98 % de los intentos del participante de producir palabras individuales; la decodificación de las oraciones a partir de la actividad cerebral se hizo con una tasa de error de palabra promedio del 25.6 por ciento.

Estos resultados se obtuvieron después de 48 sesiones en las que se registraron 22 horas de actividad cerebral, mientras el participante intentaba decir palabras individuales para formar oraciones con base en un vocabulario de sólo 50 palabras.

En otros métodos invasivos promisorios, electrodos implantados en la corteza motora han permitido a un pequeño número de pacientes controlar, por ejemplo, un brazo protésico con una pinza o una mano adjunta.

›Por otra parte, se han desarrollado electrodos de alta resolución en forma de rejilla que se colocan debajo del hueso craneal, directamente sobre la superficie del cerebro, que permiten detectar los patrones de excitación patológicos de la epilepsia antes de que se

produzca un ataque.

Estos son algunos de los ejemplos destacados y exitosos, pero hay muchos otros, como el de la compañía Retina Implant AG, donde desde 2012 se lograron hacer retinas artificiales que permitieron que pacientes con retinitis pigmentosa prácticamente ciegos recuperaran la visión lo suficiente como para poder moverse en su entorno sin tropezar e incluso leer letras grandes. Pero en 2019 Retina Implant quebró, y la investigación, que se hacía en conjunto con la Universidad de Tübingen, no ha continuado.

Epílogo chileno

De acuerdo con la periodista Lorena Guzmán, en un reportaje para El correo de la UNESCO, la iniciativa chilena sobre neurotecnologías empezó a gestarse hace tres años, después de que el neurobiólogo Rafael

Yuste, quien participa en el proyecto Brain para mapear el cerebro humano, hiciera una visita al Senado de Chile.

La legislación ya pasó por la cámara de Diputados y sólo falta que la promulgue el presidente Gabriel Boric, quien tomó posesión el pasado 11 de marzo y quien ha dado diversas señales de que dará un decidido apoyo a la ciencia en Chile; por un lado, ofreciendo aumentar la inversión del país en el ramo del equivalente al 0.36% del PIB al 1% que sugiere la UNESCO, y por otro lado, con científicos en posiciones relevante en su gobierno.

Hay otros países que están impulsando legislaciones similares, pero hay pocas dudas de que Chile será el primero.

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