CRÓNICA | La ‘batalla’ de Coahuila… por una audiencia con AMLO
"Nunca más debe inmiscuirse el Presidente de la República en unas elecciones”, dijo el mandatario al señalar la razón de que el evento no fuera celebrado en Puebla
A orillas del Río Bravo, como dice la canción, desde las ocho de la mañana, mientras se sentía cómo el calor ya calaba en el cuerpo, sobre todo en los uniformes de los grupos militares asistentes, Coahuila se hizo presente y sus peticiones no se quedaron fuera.
Desde la Gran Plaza de Piedras Negras, que ante la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador fue cubierta con una carpa que cubría casi media plancha, se conmemoró el 157 aniversario de la Batalla de Puebla.
En cada una de las tres intervenciones que tuvo el acto, con fuertes gritos, los cerca de dos mil civiles presentes buscaban ser escuchados por el mandatario.
López Obrador, resguardado por tres jóvenes de la Ayundatía, arribó al lugar. Recorrió las vallas que formaban un pasillo para que llegara con facilidad hasta la mesa de honor. En su trayecto, como en todos los eventos a los que asiste, saludó a los presentes, recogió documentos en que los coahuilenses plasmaron cada una de sus peticiones, desde solución a problemas personales, legales, de vivienda y sociales, y hasta se tomó el tiempo para posar para algunas selfies.
Los elementos de los diferentes departamentos de la Secretaría de la Defensa Nacional dieron la bienvenida al mandatario. Firmes, de frente a su paso y casi sin parpadear, como suelen formarse los militares, acompañaron el recorrido del tabasqueño.
Al llegar a la mesa de honor que era ocupada por otras catorce personalidades, el Presidente de la República saludó al gobernador Miguel Ángel Riquelme, que ni en este evento oficial se salvó de los abucheos, igual que los recibió en los tres eventos que presentaron en Monclova, Sabinas y Ciudad Acuña.
El comandante de la XI Región Militar, Raúl David Guillén Altúzar, fue el primero en tomar la palabra y tras un recorrido histórico recordó las razones que llevaron a la consumación de la Batalla de Puebla el 5 de mayo de 1862.
Acto seguido, el presidente López Obrador, con bandera en mano, tomó protesta de los soldados del Servicio Militar Nacional Clase 2000, anticipados, remisos y mujeres voluntarias.
Representando a estos nuevos militares, el soldado Rolando Jaén Aguirre Gómez, portando pantalón de mezclilla azul, zapatos negros, una playera blanca con las siglas SMN y la característica gorra roja, y a modo de declamación afirmó que trabajarán por salvaguardar a los mexicanos.
Al protestar defender nuestra bandera contraemos un compromiso con la patria y nos comprometemos a salvaguardar la seguridad de los mexicanos. El México que todos queremos necesita de nosotros, jóvenes emprendedores, comprometidos, con sólidos principios y valores”, expresó con orgullo.
A pocos segundos de que López Obrador tomara el micrófono, un pequeño grupo de personas que lograron quedar entre las gradas de aluminio gris y frío que se agradecía por el calor de la ciudad, y que rodeaba la explanada del evento, exigía –a voz grupal- una “audiencia”.
“Amigos, amigas, me da mucho gusto…”, iniciaba el tabasqueño sus palabras y con ello una clase de historia de no más de treinta minutos, pero en los que recapituló las tres transformaciones de México, pues fue en la segunda, la Reforma, donde se dio la batalla que hoy se conmemora.
Detalló, como ya lo ha hecho en ocasiones pasadas, que esta celebración no se hizo en la entidad poblana por el proceso electoral que viven y por que no quiere que se malinterprete su visita.
Nunca más debe inmiscuirse el Presidente de la República en unas elecciones”, recordó que ya se reformó la ley para que el fraude electoral sea clasificado como delito grave, “escucha Riquelme”, gritaban desde lejos los coahuilenses.
El Presidente recordaba que en cada una de las transformaciones siempre ha habido participación del pueblo de Coahuila, que Ignacio Zaragoza era originario de esta entidad y –con sentimiento notorio- “no ha sido fácil mantener nuestra nación libre e independiente”.
“AMLO, amigo, la Laguna está contigo”, se podía escuchar detrás de las gradas a los cientos de personas que miraban el desarrollo del evento desde una pantalla gigante.
Como es costumbre de todos sus eventos, el acto finalizó con la entonación del Himno Nacional, inmediatamente López Obrador se dirigió a saludar a quienes desde una esquina le gritaban.
Tras unos tres minutos saludando a las personas, el mandatario regresó a la plancha de la Gran Plaza de Piedras Negras, platicó unos momentos con la prensa y continuó su camino hacia la salida. Al igual que a su llegada, dio la mano, abrazó, besó y saludó a quienes llevaban ya tres horas bajo el fuerte rayo del sol, se tomó algunas fotografías, saludó a la bandera y finalmente subió a su camioneta, para dirigirse al aeropuerto y tomar un vuelo que lo llevó de regreso a la Ciudad de México.