Rusia trama subvertir el orden democrático y socavar la confianza pública en la integridad de los sistemas electorales para tratar de influir sobre los resultados a favor de candidatos y partidos que respalda, de acuerdo con un cable enviado por el Departamento de Estado a 95 embajadas, incluida la Embajada de Estados Unidos en México, con la intención de alertar a los gobiernos. El inusual comunicado advierte contra la expansión de las operaciones globales de una red de espías, medios estatales y “sitios web proxis” rusos que buscan diseminar desinformación, provocar discordia y magnificar narrativas compatibles generadas internamente.
“Para Rusia, el beneficio de estas operaciones cumple dos propósitos: sembrar inestabilidad dentro de las sociedades democráticas, y retratar las elecciones como disfuncionales y al gobierno que de ellas emane de ilegítimo”, dice el despacho fechado 8 de octubre, desclasificado el viernes pasado. El texto de seis páginas, al que tuve acceso, se puede citar, pero no publicar o postear.
El Departamento de Estado recomienda a los gobiernos siete medidas para mitigar la amenaza entre las que destacan expulsar a funcionarios rusos implicados y rechazar acreditar a más, promover información factual y exhibir a los tramadores. México no sólo no ha expulsado a un solo ruso, sino que la Cancillería ha autorizado el aumento de “diplomáticos” en la Embajada de Rusia.
El escrito revela que, desde septiembre pasado, diplomáticos y funcionarios de inteligencia compartieron con países considerados blanco, en Europa, África, Asia y las Américas, información sobre el financiamiento ruso de partidos y candidatos que apoyan. El cable no identifica países, pero se infiere que México es uno de ellos, por lo que el embajador Ken Salazar habría transmitido a sus interlocutores mexicanos la preocupación de Washington por la influencia rusa en las elecciones.
Un alto funcionario que habló con reporteros bajo la condición de permanecer en el anonimato dijo que el éxito de la campaña de desinformación masiva rusa sobre un presunto fraude electoral en Estados Unidos, que desembocó en la toma violenta del Capitolio por parte de negacionistas trumpistas, envalentonó a Rusia a tratar de repetir la hazaña en el escenario mundial. “Definitivamente creemos que las elecciones en Estados Unidos fueron catalíticas”.
Precisó que el propósito de divulgar el comunicado es alertar a la opinión pública en naciones que celebrarán elecciones en 2024. Añadió que seguirán discutiendo con los gobiernos de países susceptibles para convencerlos a tomar medidas de contención. “Nuestra información indica que altos funcionarios del gobierno ruso, incluso en el Kremlin, atribuyen un gran valor a este tipo de operaciones de influencia y consideran que son efectivas para socavar la confianza en los resultados y cuestionar la legitimidad de quienes resulten elegidos”.
La circular revela que las agencias de inteligencia encontraron que, entre 2020 y 2022, los rusos activaron mecanismos tanto abiertos como encubiertos para influir en 11 elecciones en 9 países, incluido Estados Unidos; en 17 más, buscaron amplificar narrativas originadas internamente sobre fraude electoral y teorías conspiratorias. En anticipación a los comicios generales en 2022, en un país sudamericano que no nombra, canales de Telegram y troles rusos fomentaron el fraude electoral y alimentaron temores sobre posibles disturbios post electorales. La descripción coincide con los hechos en Brasil. En otro país europeo, el FSB, principal servicio de espionaje del Kremlin, usó “proxis” para intimidar a trabajadores electorales, organizar protestas el día de los comicios y sabotear la observancia del voto.
La reacción rusa al cable no tardó en llegar. Anatoly Antonov, embajador en Washington, lo tachó de “compilación de chismes y rusofobia” en Telegram.
En las elecciones de 2018, Andrés Manuel López Obrador se mofó de reportes que sugerían que Moscú buscaba influir a su favor haciendo uso de redes sociales, plumas mexicanas afines y medios del Kremlin. Un nuevo estudio del Instituto para la Paz revela que más de 60% de los usuarios que postearon contenidos de Actualidad RT, cadena televisiva del Estado ruso, también compartieron contenidos pro AMLO en plataformas sociales. Es dudable que López Obrador vaya a tomar en serio las nuevas advertencias de Washington. Más aún si la trama rusa abona en su cruzada contra la legitimidad del INE y ayuda a la candidata presidencial oficialista que, de ganar, Moscú espera dé continuidad a la política exterior de “neutralidad” prorrusa del obradorismo.