Cunde frenesí mundial por la vacuna contra Covid-19
Australia y Estados Unidos debaten ya si el fármaco debe ser obligatorio o no; el papa Francisco pide que se distribuya entre quienes más lo necesiten, no entre “los más ricos”

La ansiedad por la llegada de la vacuna que ponga fin a la pandemia de Covid-19, enfermedad que ha dejado casi 800 mil personas muertas en el mundo, ha desatado un frenesí a escala mundial que se percibe en la carrera de los laboratorios por hallar la cura. También se hacen llamados para repartirla de manera equitativa; y hasta por reglamentar su aplicación, aun cuando todavía no está disponible.
Australia anticipó que hará obligatoria la vacuna contra el coronavirus, salvo excepción médica, estimó el primer ministro Scott Morrison, quien dijo que “siempre hay excepciones a la vacuna, por razones médicas, pero debería ser la única”.
El primer ministro anunció que su país había garantizado obtener la vacuna “prometedora” que está desarrollando el grupo farmacéutico suecobritánico AstraZeneca con la universidad de Oxford, en Reino Unido, explicando que el país la fabricará y la distribuirá gratuitamente a la población.
Por su lado, el epidemiólogo y asesor de la Casa Blanca, Anthony Fauci, dijo que cuando exista una vacuna contra el nuevo coronavirus, su aplicación no será forzada por el gobierno federal en Estados Unidos, aunque podría ser obligatoria por normas locales para los niños y trabajadores de la salud.
En medio de este debate, el laboratorio farmacéutico suizo Roche anunció un acuerdo con el estadounidense Regeneron para la fabricación y la distribución de un tratamiento contra la Covid-19 en fase final de los ensayos clínicos.
“Roche y Regeneron anunciaron que unían sus fuerzas en la lucha contra la Covid-19 para desarrollar, fabricar y distribuir REGN-COV2, la combinación de anticuerpos antivirales experimentales de Regeneron, a las personas de todo el mundo”, según un comunicado del grupo.
REGN-COV2, el medicamento de Regeneron que combina dos anticuerpos, se encuentra actualmente en fase 2/3 de los ensayos clínicos para el tratamiento y la prevención de la infección por Covid-19.
Ante la posibilidad de que la vacuna esté lista para este mismo año, el papa Francisco pidió hoy que las futuras aplicaciones contra el coronavirus no se destinen primero “a los más ricos”, en un momento en que la pandemia no deja de “aumentar” las desigualdades en el mundo.
La futura vacuna debería dirigirse a los que “más la necesitan”, dijo Francisco en su audiencia de los miércoles, retransmitida en directo desde su biblioteca privada en el Vaticano, con el fin de evitar las concentraciones de fieles en la plaza de San Pedro.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se están desarrollando 168 posibles vacunas, pero hasta ahora ninguna está lista para ser comercializada. En esta carrera acelerada para hacerse con el buscado remedio, la OMS pidió a sus países miembros que se unan a su programa de acceso al fármaco y luchen así contra el “nacionalismo de las vacunas”.