Desde hace tiempo se sabe que diversos grupos de delfines acostumbran frotarse contra los corales; pero hace 13 años un equipo de investigación se propuso averiguar la razón y encontró que, al menos para los delfines nariz de botella del Indo-Pacífico, esta es una forma de medicación que tiene la finalidad de combatir afecciones en la piel, como micosis.
De acuerdo con el reporte de la investigación que se publicó en iScience, el equipo encabezado por Gertrud Morlock, de la Universidad Justus Liebig de Giessen en Alemania, encontró 17 sustancias con actividades antibacterianas, antioxidantes, hormonales y tóxicas en los corales gorgonia (Rumphella aggregata), cuero (del género Sarcophyton) y la esponja (del género Ircinia).
Estos compuestos son elaborados por animales microscópicos (pólipos) que forman los depósitos calcáreos que constituyen los corales, y las investigadoras consideran que, al frotarse con la piel de los delfines son útiles “para la profilaxis o el tratamiento auxiliar contra infecciones microbianas”.
Para llevar a cabo la investigación, la bióloga y buza Angela Ziltener de la Universidad de Zúrich, tuvo que dedicar tiempo para ganarse la confianza de una manada de delfines para poder visitarlos regularmente y que se comportaran de manera normal.
El equipo descubrió que, al frotarse repetidamente contra los corales, los delfines agitan a los pólipos, los cuales reaccionan liberando mucosidades, y es en este moco en el que se encontraron las sustancias con actividad biológica.
Ziltener le comentó a la agencia Eurek-Alert que las poblaciones locales de delfines van a los arrecifes de coral para descansar y divertirse. “Es casi como si se estuvieran duchando, limpiándose antes de irse a dormir o de levantarse para empezar el día”, dijo.
Por esa razón, Ziltener fundó la organización Dolphin Watch Alliance, que busca educar a guías turísticos y turistas para que tengan experiencias seguras para los delfines, y que presiona para que los arrecifes se conviertan en áreas protegidas.