El caso del funcionario que firmó un acuerdo con un país falso
A la lista de engañados por este país ficticio se ubican líderes de Estados Unidos, Gran Bretaña y hasta la ONU

Vestían un turbante enmarcado por algunas joyas y ropaje estilo árabe o hindú, portando en el cuello más joyas, y los rostros parecían maquillados, así llegaron a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y participaron en dos sesiones en febrero en Ginebra, asegurando ser representantes del país llamado Estados Unidos de Kailasa, ubicado muy cerca de Ecuador.
Meses más tarde, con ropajes más estilo hindúes que incluía turbantes, algunas joyas y con el bindi color café entre las cejas, se presentaron en Paraguay y convencieron al jefe de gabinete del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Paraguay, Arnaldo Chamorro, en firmar un acuerdo del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países y que permitiría implementar varios proyectos a favor del país sudamericano.
Un tal Nithyananda Paramashivam se presentó tanto en la ONU en dos asambleas y se le permitió hablar, y en Paraguay se acreditó como el supremo pontífice del hinduismo y soberano de Kailasa, pues fundó la isla en 2019, cuando la compró al Ecuador (aunque en ese año el país negó que el gurú estuviera en su territorio o que le hubieran dado asilo).
Según el sitio web, Kailasa recibe el nombre de una montaña del Himalaya que se considera la morada del dios hindú Shiva, dice contar con “dos mil millones de hindúes practicantes” entre su población, y asegura que tiene su bandera, una constitución, un banco central, un pasaporte y un emblema. También se pueden ver decenas de documentos de gobiernos locales de Estados Unidos y boletines que anuncian acuerdos con otros países, varias fotografías de Nithyananda Paramashivam.
Pero todo es mentira. Kailasa ni es parte de la ONU y ni siquiera es un Estado de verdad. Y el supuesto fundador del “primer estado soberano de los hindúes”, es buscado desde 2018 por la justicia de la India por violación y agresión sexual de una discípula. Y también de secuestrar y confinar a niños en su monasterio que se ubicaba en el estado de Gujarat, al occidente el país asiático, del que huyó.
Quizá si el jefe de gabinete del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Paraguay, Arnaldo Chamorro, hubiera googleado el nombre del país o de Paramashivam, se hubiera ahorrado la vergüenza y con ello perder su trabajo, pues en octubre pasado firmó un acuerdo de relaciones diplomáticas entre Paraguay y Kailasa, en el que presentarían proyectos “para ayudar” al primero.
Y no tuvo de otra, el funcionario destituido, admitió ante la prensa que cayó en el engaño, y que no sabía dónde quedaba ese país.
No fue el único, hasta la ciudad de Newark, Nueva Jersey , fue engañada durante cinco días en enero de pasado, cuando el alcalde Ras Baraka invitó a lo que parecía era una delegación de la nación hindú de Kailasa, para unirse a una asociación de ciudades hermanas.
Incluso el diario londinense The Guardian informó que en 2022 el representante de Nithyananda en Reino Unido asistió a “una glamorosa fiesta de Diwali en la Cámara de los Lores” por invitación de dos miembros del gobernante Partido Conservador.