Good luck to you, Leo Grande, o el derecho al placer

25 de Abril de 2024

Alejandro Alemán
Alejandro Alemán

Good luck to you, Leo Grande, o el derecho al placer

alejandro aleman

A medio camino entre una reconfortante fantasía y una honesta reflexión sobre el placer, la sexualidad y el trabajo sexual, Good Luck to you, Leo Grande (Reino Unido, 2022) inicia en una habitación de hotel en Londres, donde Nancy (Emma Thompson, en la que debe ser una de las actuaciones más intensas y personales de su carrera) espera a Leo (impecable Daryl McCormack) un escort que encontró en alguna página de internet.

Nancy es un alud de insatisfacción: aburrida de su vida, nunca tuvo sexo con alguien que no fuera su marido, hace dos años fallecido. Peor aún: no conoce lo que es un orgasmo.

Son esas las razones que llevaron a esta viuda de 55 años, y profesora de religión, a contratar el servicio de un “prostituto”, pero cuando él llega, la mujer se quiebra entre dudas morales y sentimientos de culpa: ¿qué hace una mujer como ella con un escort?, ¿acaso esto no es explotación?, ¿le gustaré a este jovencito de cuerpo perfecto?, ¿se excitará cuando me vea vieja y arrugada?

Sin mayor reparo, Leo contesta una a una las dudas de Nancy: la apoya en su baja autoestima, le asegura que una mujer mayor de 55 puede ser sexy y le aclara que su servicio no es explotación. Leo no sólo es amable, sino que realmente disfruta su trabajo, un trabajo que no es consecuencia (contrario

al cliché) de un trauma infantil o de padres abusivos.

Leo explica a Nancy que hacerlo no es humillante ni denigrante (“no me estás comprando, yo escogí hacer esto”). Y en contraparte, contratar el servicio no la hace una persona deshonesta o vulgar.

Así, seremos testigos de cuatro encuentros (casi todos en la misma habitación) donde Nancy irá de la culpa, al drama, a la indignación e incluso a asumir una actitud patéticamente maternal cuando le cuestiona a Leo si su madre sabe a qué se dedica. Nancy se torna incluso desesperante, pero Leo permanece estoico ante los cuestionamientos de esta mujer al borde de la histeria.

La cámara de Bryan Mason presume de un elegante manejo de espacios que, junto con la innegable química entre Thompson y McCormack, hacen que la puesta en imágenes nunca aburra, todo pase en una sola locación y se trate de dos personas charlando.

El escenario escrito por la actriz y guionista Katy Brand es terso, casi de fantasía. Resulta particularmente útil para la trama que Leo sea tan amable, culto y caballeroso (¿todos los escorts masculinos serán así?).

Pero en todo caso, este escenario un tanto inverosímil no contradice el punto de la película: el placer es un derecho de todo ser humano y el trabajo sexual es justo eso, un trabajo que no carece de dignidad y que además es necesario. “Debería ser un servicio público”.

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