I Care A Lot: gran estafa

21 de Agosto de 2025

Alejandro Alemán
Alejandro Alemán

I Care A Lot: gran estafa

alejandro aleman

Ahora que el escándalo sobre la tutoría que el padre de Britney Spears mantiene sobre su hija se ha hecho cada vez más público, sabemos que dicha figura legal está pensada para aquellos adultos mayores que por enfermedad o incapacidad ya no pueden hacerse cargo de su dinero, sus posesiones o su vida.

Gracias a esa treta legaloide, Jamie Spears no solo tiene control absoluto de las ganancias de su hija, sino que básicamente la tiene encerrada en algún palacio de cristal sin que ella pueda hacer nada al respecto.

En una coincidencia oscura, la trama de I Care A Lot (tercer largometraje del cineasta inglés J Blakeson) trata sobre una mujer que, usando esa misma treta legal, se vuelve tutora de decenas de viejitos para poco a poco quitarles su dinero bajo el argumento de que por su edad ya no pueden valerse por sí mismos.

Con un guion del mismo director, la protagonista de esta cinta es Marla (Rosamund Pike), una tutora legal que junto con su novia Fran (Eiza González) se dedica a estafar a viejitos refundiéndolos en un asilo mientras que ella ordeña sus bienes de manera legal.

Marla se ve a sí misma como una depredadora, una mujer orgullosa que no le pide nada a los hombres y que hasta parece que los desprecia. En su radar aparece una nueva víctima que promete ser un gran botín: una anciana forrada en dinero que convenientemente no parece tener familiares cercanos.

Así, mediante un certificado falso de demencia, se da la orden para que Marla sea la tutora legal de la viejita a la que amablemente (mediante unos policías) llevan a un asilo. Todo parece ir bien pero lo que no saben Marla ni su novia es que se han metido con la persona equivocada.

La cinta inicia como una prometedora comedia negra que, si bien no tarda en mostrar una inverosimilitud apabullante, se hace interesante y visible gracias a su reparto: una contenida Eiza González como mero acompañamiento de la estrella, una Rosamund Pike que repite su ya conocido papel de mujer desquiciadamente empoderada (Gone Girl, 2014), y la sorpresiva aparición de Peter Dinklage, cuya lucha verbal contra el personaje de Pike deriva en los momentos mejor logrados del filme.

Aunque el director muestra cierta habilidad en el montaje de sus tomas, el guionista (que es el mismo Blakeson) peca de condescendencia y extremo cariño por su despreciable protagonista. La cinta no es tan sucia como sus personajes y si excesivamente rosa para lo oscura (e inverosímil) en que se va tornando la trama. Una estafa que se descarrila rumbo al final.

La cinta merecía un mejor director, menos temeroso y más osado, justo como su protagonista.