¿Será Martí Batres quien entregue la CDMX?

1 de Septiembre de 2024

¿Será Martí Batres quien entregue la CDMX?

lourdes_mendoza

No sé si se han fijado que por estar todos hablando de la aburrida guerra de las “corcholatas” y de lo ocupados que los tiene la irrupción de Xóchitl Gálvez en la sucesión presidencial, nos hemos olvidado un poco de otro caso electoral relevante para millones de personas: la Ciudad de México.
Y no solamente me refiero al destino de los chilangos, que ya dieron un manotazo sobre la mesa en 2021, cuando arrebataron la mitad de la ciudad a Morena, sino de lo que ello implicará para el mapa político nacional a partir de la mitad del próximo año.

Lo primero que hay que recordar es que han pasado ya la friolera de 27 años desde que hubo alternancia política en la capital, cuando Cuauhtémoc Cárdenas ganó la primera elección (sí, aunque no lo crean) para elegir al gobernante capitalino, posición que antes era designación presidencial, pero que en 1997 llevó electoralmente a la izquierda al poder, entonces con el hoy moribundo Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Bueno, pues no es cosa menor que sea en 2024, cuando probablemente la CDMX vuelva a experimentar una transición política, sobre todo después de un sexenio con las dos principales figuras de la 4T: el presidente López Obrador y justamente su “corcholata “favorita, Claudia Sheinbaum.

Malos resultados y caballada flaca

Han sido casi 5 años, incluidos casi dos y medio de pandemia, en que se ha querido presumir la vacunación masiva, pero olvidando que los miles de muertos los llevaron a implementar el experimento criminal de la Ivermectina, que se distribuyó como tratamiento para Covid sin estar aprobada médicamente para ello; hablan del mejoramiento en los índices de seguridad pública, a pesar de que se siguen repitiendo escenas de asaltos y violencia ostensibles; se les cayó, literalmente, la Línea 12 del Metro, sin que hasta la fecha hayan cumplido con la promesa de reestablecerla completamente en un plazo corto; se presume apertura democrática pero persiguen judicial y políticamente a alcaldes opositores.

En fin, la CDMX no es precisamente ejemplo de avances o de buenas cuentas de una jefa de Gobierno que, aún con el pendiente no aclarado del Colegio Rébsamen cuando fue jefa delegacional en Tlalpan, no ha tenido el pudor de mentir asegurando que no hubo un solo mexicano que se haya quedado sin atención hospitalaria durante la emergencia sanitaria.

Bueno, pues el caso es que con todo este antecedente y una caballada flaca de precandidatos a suceder a la regenta Sheinbaum, que está encabezada por ¡Clara Brugada! (sí, la “Juanita” de AMLO), se vislumbra un escenario no precisamente optimista para Morena. A la señora alcaldesa de Iztapalapa se suman como suspirantes Omar García Harfuch (no necesariamente favorito presidencial, pero sí de la gente), Ricardo Monreal y hasta Noroña. No pos sí.

La competencia será máscara contra cabellera, y la ventaja sin duda es para el Frente Amplio Opositor, con Santiago Taboada, Lía Limón, Luis E. Cházaro y ya veremos, quién más, se apunta, pues yo sé de ¡alguien MÁS!
Pero lo paradójico del asunto es que quien aspiraba a suceder a la doctora tuvo que conformarse con ser el jefe de Gobierno sustituto una vez que la Sheinbaum fue obligada a retirarse para irse de lleno al show de las corcholatas.

Y la pregunta es si Martí Batres, miembro del ala más radical del obradorismo, será quien entregue una plaza emblemática para quienes han gobernado la capital por casi tres décadas: Cuauhtémoc, la posteriormente perseguida política Rosario Robles, el siempre acomodaticio Alejandro Encinas, el carnal Marcelo Ebrard, Miguel Ángel Mancera, José Ramón Amieva y la regenta, Claudia Sheinbaum.

Por lo pronto Batres aún tiene muchas facturas pendientes por su estilo… ¡porril!

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