En Veracruz no sólo hay Yunes

28 de Abril de 2024

Lorena Becerra

En Veracruz no sólo hay Yunes

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La disputa por la gubernatura de Veracruz será una de las más observadas en 2016 por la relevancia de la entidad. Su listado nominal ocupa el tercer lugar a nivel nacional (únicamente después del Distrito Federal y el Estado de México), nunca ha experimentado alternancia a nivel estatal, y es una de las entidades más complejas que conocemos por sus marcadas diferencias regionales. A pesar de que ciertas zonas tienen una clara preferencia por el PRI, el desgaste de este partido ha venido en aumento en los últimos años. No obstante, para el tricolor es vital conservar esta gubernatura de cara a las elecciones de 2018, objetivo que luce difícil en este momento.

En primer lugar, el lamentable desempeño del gobernador Javier Duarte ha abonado al descontento con su partido. Actualmente observamos una intención de voto por el PRI cercana a los bajos veintes, lo que muestra una tendencia histórica a la baja con respecto a elecciones previas. En segundo lugar, el pleito entre los senadores priistas y el Gobernador, lejos de desvincularlos del mandatario, únicamente ha despertado un mayor hartazgo en la población. En tercer lugar, la evaluación del presidente Peña es tan mala en el estado que, en lugar de beneficiar a su partido, más bien le resta. Por último, el sentimiento anti-PRI es lo suficientemente alto como para constituir un techo al crecimiento de sus candidatos – más del 30% de la población señala al tricolor como el partido por el que nunca votaría.

El PRI ha anunciado la decisión de elegir candidato por vía de una encuesta a pesar de que las atenciones de Manlio Fabio Beltrones al Senador Héctor Yunes han generado especulaciones. Y, efectivamente, Yunes Landa es actualmente el personaje mejor posicionado en estudios de opinión, tanto en reconocimiento de nombre como en careos. No obstante, el Senador José Yunes Zorrilla presenta un potencial de crecimiento considerable y puede estar mejor posicionado para enfrentar un escrutinio público. La decisión del tricolor debe de tomar en cuenta, más que el posicionamiento actual del candidato, la capacidad que tenga para competir en un escenario multipartidista.

Por otro lado, las alternativas variopintas en la oposición nos muestran un fenómeno interesante. Las elecciones de 2010 exhibieron un contexto de competencia PRI-PAN en donde el ahora Senador Miguel Ángel Yunes perdió contra el actual Gobernador por menos de 80 mil votos. No obstante, el PRD tuvo una presencia importante en años previos, misma que dejó un segmento de votantes que ahora podrían inclinarse por otra alternativa de izquierda. Esto ha hecho que la alianza PAN-PRD pretenda postular al mejor candidato del albiazul buscando capitalizar el sentimiento anti-PRI.

Sin embargo, el PAN enfrenta retos muy grandes. Para empezar, su divisionismo interno de antaño – que ha culminado en el éxodo de varios personajes importantes – hace que su voto se haya vuelto más blando en el tiempo. Actualmente su intención de voto, al igual que el PRI, ronda los veintes bajos, dejando espacio para terceras opciones. Aunado a esto, la candidatura independiente de un personaje reconocido y bien evaluado como Gerardo Buganza, compite directamente por el electorado albiazul. Por último, la alianza PAN-PRD carece de un discurso creíble. El PAN y el PRD ya no representan el cambio, incluso en Veracruz.

Miguel Ángel Yunes, puntero en diversas encuestas por un margen pequeño, ha sido acusado de desvío de recursos y lavado de dinero. Esto hace incompatible su candidatura con el discurso actual del PAN nacional que se enfoca en el combate a la corrupción y aumento de transparencia. También es importante notar que Yunes Linares, a pesar de ser el candidato con mayor reconocimiento de nombre, no alcanza una intención de voto mayor a 24% en ningún escenario. Esto nos indica que su potencial de crecimiento es limitado.

Por su parte, existen otras alternativas que pueden volverse viables. El candidato de Morena, Cuitláhuac García, ya triunfó en Jalapa en la elección de Junio. Actualmente goza de opiniones muy favorables en su distrito y, una vez que se convierta en figura estatal, tiene un potencial de crecimiento importante. De igual forma, el candidato independiente, Gerardo Buganza, es un político respetado que ofrece una agenda creíble de honestidad y cercanía. Cada uno de estos candidatos actualmente cuenta con una intención de voto de entre 10 y 12 puntos porcentuales. Una vez que inicien las campañas, ambos tenderán a crecer significativamente, especialmente si logran convertirse en la opción que busca terminar con el PRIAN. Por consiguiente, en Veracruz se perfila una contienda de cuatro (mínimo tres) y no de dos. Será una de las entidades que protagonizará una de las batallas sistema-antisistema más relevantes para la política nacional. También nos permitirá evaluar los vicios y virtudes de una alianza pragmática pero agotada, como lo es la del PAN-PRD. Por último, nos ilustrará las municiones de las que se valdrá el tricolor para subsistir teniendo tantos elementos en su contra. @lorena_becerra