Quedan poco más de 24 horas para que Estados Unidos viva una nueva y poderosa huelga, en esta ocasión protagonizada por los trabajadores de la industria automotriz.
Se trata de cerca de 150 mil trabajadores del sindicato United Auto Workers (UAW) que, de no ver cumplidas sus peticiones, iniciarán una huelga a las 23:59 horas del 14 de septiembre.
La posibilidad de irse a huelga se da después del nombramiento de Shawn Fain como nuevo presidente de UAW, y la moción obtuvo 97 % de votos a favor entre los empleados sindicalizados.
Entre las demandas se encuentra el aumento salarial del 40 %, pero también que se elimine el sistema “de dos niveles” —que retribuye un salario significativamente menor a los nuevos empleados, aunque realicen las mismas labores que trabajadores más experimentados—, mayores beneficios para los jubilados y el regreso de una pensión definida. También exigen una semana laboral de 32 horas, normativas de seguridad laboral y protecciones para los trabajadores afectados por el cierre de plantas.
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Asimismo, los líderes sindicales señalaron que el gremio no ha sido completamente recompensado de los sacrificios que tomaron en la crisis financiera de 2008, cuando se establecieron recortes para la industria con el fin de rescatar la economía. En contraste, en la última década, los tres mayores fabricantes de vehículos han obtenido ganancias de cerca de un cuarto de billón de dólares.
De concretarse la huelga, no solo eventos como el salón del automóvil de Detroit —que comenzó esta semana—se verían afectados, ya que también grandes empresas como Ford, Stellantis y General Motors verían gravemente mermados sus ingresos.
También sería la primera vez que los trabajadores de dichas empresas entren en huelga simultáneamente. El antecedente más inmediato fue el paro de labores de los empleados de General Motors en 2019, la cual duró 40 días y le generó pérdidas de tres mil 600 millones de dólares.
En esta ocasión, se estima que una huelga de tan solo 10 días podría costar más de cinco mil millones de dólares, mientras que, si alcanza un mes de duración se podría reducir la producción en hasta 500 mil vehículos.
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