Bajo la investigación de su gestión de la pandemia, una comisión parlamentaria en el Reino Unido determinó que el entonces primer ministro Boris Johnson “engañó deliberadamente” al poder legislativo sobre el partygate, el escándalo por las fiestas en su residencia cuando se había decretado confinamiento en todo el territorio.
Se trata de un escándalo que desató una serie de polémicas que obligaron a Johnson a dimitir en julio de 2022, acorralado por su propio partido.
“No existe ningún precedente de un primer ministro que haya engañado deliberadamente a la Cámara. Mintió en un asunto de mayor importancia para la Cámara y para el público, y lo hizo reiteradamente”, detalló la comisión.
Tras darse a conocer el informe, se recomendó que se vetara a Johnson el acceso a la sede del Parlamento, que habitualmente es un privilegio del que gozan los exprimeros ministros.
La resolución llega poco después de que el ex primer ministro renunció a su escaño como diputado, pero esto no le ha impedido responder con indignación, ya que calificó la comisión como “antidemocrática” y aseguró que tiene como objetivo “ser la estocada final de un asesinato político prolongado”.
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Asimismo, Johnson acusó que “la comisión no encontró ni una sola prueba”, y que su asistencia a las fiestas se trató de una cuestión “legal” requerida por su trabajo.
Tras ese mensaje, Angela Rayner, número dos del opositor Partido Laborista, comparó la reacción de Johnson “con la de un niño que tira sus juguetes del coche porque lo pillaron”.
Por su parte, la asociación de víctimas de la Covid-19 afirmó que “es una tragedia total que Johnson estuvo al mando cuando se produjo la pandemia y no debería permitirse volver a presentar ninguna carga pública”.
Se espera que el informe sea debatido en el pleno de los diputados la próxima semana , tras lo cual se emitirá una votación al respecto.
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