Fidel en el papel de 'La Celestina'

7 de Junio de 2025

Fidel en el papel de ‘La Celestina’

En el penúltimo año de su sexenio, Herrera viajó a la Ciudad de México para hablar con la esposa de su protegido

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En el otoño de 2009, en el penúltimo año de su sexenio, el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, viajó a la Ciudad de México para hablar seriamente con Karime Macías, esposa de su protegido, el recién electo diputado federal Javier Duarte de Ochoa.

REDACCIÓN

Desde que murió el padre de Duarte, víctima del terremoto de 1985, Fidel Herrera se hizo cargo del huérfano. Javiercito tenía 12 años cuando su mentor se alió con doña Cecilia de Ochoa para ayudar al niño a terminar sus estudios, hasta llegar a la Universidad Iberoamericana, donde estudió Derecho.

Fue en dicha casa de estudios donde Javier y Karime se conocieron. Un detalle que enterneció a la chiapaneca fue que Javier solía participar de manera muy entusiasta en las fiestas de cumpleaños de todos los compañeros de la carrera. Menos en el suyo propio. Y es que el veracruzano nació un 19 de septiembre, el mismo día que se conmemora la tragedia en la que perdió la vida su padre.

Una vez que Javier concluyó los estudios universitarios, fue Fidel quien también le dio sus primeros empleos. Uno de ellos consistía en hacer recortes de periódicos cuando Herrera trabajaba en la Secretaría de Gobernación. Duarte tenía la instrucción de hacer dos síntesis informativas, una con las noticias que hablaban de su jefe y otra con las que hablaban de la dependencia.

El mandatario estatal no solía meterse en la vida personal de su pupilo. Pero por aquellos días de 2009 consideró que era necesario: Javier y Karime llevaban algunos meses separados y había versiones sobre un posible divorcio. Fuentes cercanas al entonces gobernador aseguran que acudió al domicilio de la chica sin siquiera avisarle a Duarte.

“Tú tienes la última palabra”, le dijo Herrera a Macías, según las fuentes consultadas. “Tengo una lista de cinco candidatos y Javier está en primer lugar. Si ahorita mismo me aseguras que buscarás a Javier para arreglar las cosas, te garantizo que tú serás la próxima primera dama de Veracruz. Está en ti”. Y enseguida se marchó.

Quienes vieron de cerca a Fidel Herrera en su papel de “Celestina” sostienen que al gobernador le interesaba que Javier y Karime proyectaran la imagen de un matrimonio armónico. Eso facilitaría las cosas durante la campaña por la gubernatura, pues, como político de la vieja guardia, pensaba que la estabilidad conyugal suele ser bien recompensado por los votantes.

Pero al entonces mandatario veracruzano y actual cónsul de México en Barcelona no sólo le preocupaba la vida marital de su “delfín”. Con su papel de mediador también buscaba afianzar la relación que tenía desde años antes con Jesús Antonio Macías, padre de Karime y quien tuvo el encargo de recaudar recursos durante la campaña por la gubernatura, en 2004.

De este modo, la reconciliación de la pareja sería una carambola de tres bandas para Herrera: su “criatura” llegaría a la cima del poder estatal, su proyecto político tendría continuidad y su “consuegro” quedaría cerca del círculo rojo para seguir adelante con los negocios que iniciaron juntos desde que el “negro de Nopaltepec” se instaló en Casa Veracruz.

Y así ocurrió. Karime hizo las paces con su esposo, Javier pidió licencia en San Lázaro para contender por la gubernatura, Herrera se fue con la tranquilidad de dejar a un incondicional que conoce sus negocios –Duarte fue secretario de Finanzas durante más de la mitad del sexenio fidelista- y Macías Yazegey se convirtió en el suegro del gobernador, lo que le dio la influencia necesaria para seguir con sus “negocios”.

Uno de ellos se concretó en 2007, a la mitad de la gestión fidelista, cuando se crea el fideicomiso F/401220-9, el cual permite a Tony Macías manejar el proyecto Parque Tecnológico Puerto México, con el objetivo crear la infraestructura necesaria para el establecimiento de industrias en Coatzacoalcos.

El gobierno del estado concesionó a Macías 120 hectáreas y le asignó un presupuesto para el acondicionamiento del terreno y la construcción de vialidades y equipamiento. Sin embargo, el fideicomiso se fue modificando de tal manera que, con el tiempo, Macías apareció como dueño de los terrenos y el banco fiduciario ya no era Bancomer sino Banco Interacciones, empresa de la que el propio Macías es apoderado.