“La naturaleza de la ética periodística está centrada en los valores del compromiso con la verdad, la independencia y de la responsabilidad social, que son los altos niveles del mejor periodismo.” Javier Darío Restrepo
En nuestro país es casi imposible que no asociemos esta fecha con la celebración del día de muertos, porque nos recuerda una parte importante de nuestras raíces y de lo significativo de las tradiciones para la cultura en México; pero, por otro lado, también nos sirve para rememorar un tema por demás delicado a nivel mundial: los crímenes contra periodistas.
Es así que en 2013 la Organización de las Naciones Unidas aprobó en su Asamblea General la primera resolución relativa a la seguridad de los periodistas, dicha fecha fue elegida para conmemorar el asesinato de dos periodistas franceses en Malí; y es que lo grave no solo radica en la alta cifra de agresiones sino en el nivel de impunidad que se presenta a escala mundial.
Y es que los datos recopilados por el observatorio de periodistas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en 2021 la tasa de impunidad continúa en un 87%, cifra similar a la de años anteriores.
Centrar la atención en este tema es imperioso ya que los crímenes contra periodistas crean un clima de miedo que en muchos de los casos se convierte en silencio e indiferencia, lo que evita la libre circulación de la información entre los ciudadanos.
No podemos perder de vista que la actividad periodística no solo impulsa el conocimiento sobre temas variados, sino que además con el paso de los años se ha convertido en una de las áreas de vital importancia para el desarrollo de las democracias.
Es gracias a las y los profesionales dedicados a este rubro que no solo las noticias llegan a nosotros, sino que además en múltiples ocasiones han sido ellos los encargados de evidenciar y hacer patentes casos de corrupción, tráfico de influencias, negligencias y actividades del crimen organizado entre otras, lo que sin duda los pone como blanco del resentimiento de aquellos a quienes se denuncia.
El asesinato es la forma más cruel de buscar acallar la verdad, sin embargo, de acuerdo a datos de la UNESCO un amplio porcentaje podría ser prevenido ya que de los 139 periodistas asesinados entre 2011 y 2020 en los cuatro países de América Latina y el Caribe con mayor número de asesinatos, el 41% había recibido amenazas antes de su asesinato.
La desigualdad también se acentúa en este tema, en información del análisis “The Chilling: Tendencias mundiales de la violencia en línea contra mujeres periodistas el 73% de las mujeres periodistas encuestadas dijeron que habían sido amenazadas, intimidadas e insultadas en línea en relación con su trabajo.
Desafortunadamente, pese al trabajo realizado por asociaciones y gobiernos para brindar acceso a la información y establecer mejores niveles de credibilidad, aún queda mucho por hacer, ya que la Clasificación 2021 publicada de forma anual por Reporteros sin Fronteras afirma que de los 180 países evaluados, 73 presentan graves impedimentos y 59 situaciones difíciles lo que da como resultado un total de 132 naciones que han vetado u obstaculizado la labor de las y los periodistas.
Nuestro país no se encuentra alejado de dicha condición ya que en el ranking mundial México está en el lugar 143, en la zona roja correspondiente a la denominada situación difícil, y es que debido al crimen organizado y al narcotráfico, cubrir ciertas zonas y eventos se ha convertido en una cuestión de vida o muerte.
El tema requiere de un análisis profundo, no solo se deben abordar los asesinatos, secuestros y amenazas sino preguntarse de fondo ¿cuál es la razón para silenciar la verdad? Porque de forma lamentable en los últimos años el número de profesionales del gremio que han fallecido ha aumentado.
La situación es apremiante, por lo que este día nos sirve como un parteaguas para examinar acciones y políticas públicas que nos permitan continuar brindándoles la protección que requieren para enfrentarnos en conjunto a la desinformación y la inseguridad