“En un mundo de amenazas complejas, nuestra seguridad y liderazgo dependen de todos los elementos de nuestro poder, incluyendo la diplomacia fuerte y con principios”.
Barack Obama
La obligación de brindar protección se encuentra a cargo de los diferentes niveles de gobierno, quienes con este objetivo tienen bajo su responsabilidad diversos cuerpos policiales cada uno con protocolos distintos; lo que implica que el trabajo de cada organización sea cada día mucho más específico.
Tristemente, aunque nos duela aceptarlo un amplio porcentaje de la población de los países en Latinoamérica siente más miedo e inquietud ante un policía que frente a un posible asaltante; y es que de manera desafortunada, al menos en México algunos de los agentes policiales son percibidos como personas dedicadas a la protección de cárteles o grupos delincuenciales.
¿Cuáles son las razones por las que hemos dejado de confiar?, ¿qué factores se han comenzado a acumular para que la distancia entre los cuerpos e instituciones de seguridad y la población sea cada vez más evidente? No podemos negar que muchos son los elementos a analizar sobre la situación e imagen proyectadas por la gran mayoría de los policías en el país, sin embargo, aquí abordaré brevemente dos, desde mi punto de vista significativos y que a su vez influyen en otros: la escasez de la implementación de programas de capacitación y la inadecuada remuneración económica.
De acuerdo a la investigación “Mejorar el reclutamiento y la retención policial” publicada por la Rand Corporation existen algunas prácticas que pueden ser adoptadas como: 1) planificar y analizar la satisfacción laboral, 2) reducir la rotación al ofrecer avances de trabajo realistas a los candidatos, 3) atraer y retener candidatos al mejorar la compensación y otros beneficios y 4) promover una mayor participación en la toma de decisiones y otras oportunidades de evaluación y retroalimentación.
La poca capacitación influye en la disminución de la vocación policial lo que ha comenzado a ser evidente y por supuesto alarmante; en México de acuerdo al Censo Nacional de Seguridad 2021, emitido por INEGI al cierre de 2020, la cantidad de personal adscrito a las instituciones encargadas de la función de seguridad pública de las entidades federativas fue de 225,544, comparado con la cifra reportada en 2019, la cantidad de personal disminuyó 2.6% en 2020.
Nuestro país, desafortunadamente se encuentra lejos del promedio económico que reciben otros organismos de seguridad en distintas naciones, en información del mismo documento antes mencionado el 44.9% percibió ingresos mensuales brutos de 10,001 a 15,000 pesos y solo el 3.7% recibe apoyos para familiares caídos en el cumplimiento de su deber; el 6.2% becas escolares para sus hijos y el 10% apoyo educativo.
El aspecto salarial se ha convertido en un tema de debate constante, ya que, al percibir un escaso salario, aunque quiero aclarar que no es justificación, existe una mayor propensión a aceptar sobornos de grupos delincuenciales, lo que repercute en el aumento de la percepción de inseguridad y la ineficiencia e impunidad; aspectos preocupantes que generan ansiedad y desconcierto.
Tenemos que aceptar que a pesar de que se considere como culpables a los policías de las fracturas con la sociedad, se debe analizar que es una situación multifactorial por lo que la evaluación debe ser desde ese mismo ángulo, pero además no podemos olvidar que la confianza y la comprensión son fundamentales para la democracia.
*Analista en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación. *Si deseas recibir mis columnas en tu correo electrónico, te puedes suscribir a mi lista en el siguiente vínculo: https://eepurl.com/Ufj3n